La memoria es un tatuaje del alma. Se lleva en la conciencia y obedece a sus dictados. Indeleble, eterno, nos dice quiénes fuimos y revela lo que somos. Testimonio para presentir destinos y decidir qué haremos
martes, 26 de diciembre de 2023
domingo, 10 de diciembre de 2023
"Ave César"
Victor Mature , su
rostro cincelado a machetazos, sucio y sudoroso, alza la vista y en
sus ojos fibrila una chispa de júbilo mechado con un filamento
de alivio. A vencido a un retiarius y luego a un león. Solo, él solito, con su
espada implacable . En la otra mano, el yelmo
que refulge haciendo parpadear al César que lo contempla con indulgencia y tal vez una pizca de
conmiseración.
Mature no siente temor por su destino.
Sabe, porque ha leído el guión de punta a rabo, que al final se quedará con la
muchacha.
Era una de romanos, porque en el matiné
del cine Marconi abundaban las de
vaqueros y gladiadores antes que las de piratas.
Finales
de los cincuenta, la hemos visto un par de veces luego de abandonar al niño
reclamados por adolescencias urgentes.
De ahí la
evocación.
Cada vez
que Mature, el último gladiador, formalizaba el ritual reverencial ante el César nos estremecían sus implicaciones. Por su presagio, por el inexorable
veredicto sumado al bramido de la plebe
de pan y circo exigiendo pulgares al
cielo o al suelo.
Ave,
Caesar, morituri te salutant» («Salve, César, los que van a morir te saludan».
Gracias Suetonio.
Aquellas tardecitas, morosas y previsibles ,de la
aldea no han retornado a nuestras vidas.
Y ya
Mature ha muerto.
Esta
noche, acaso convocados por la nostalgia, se hicieron presentes algunos tracios
y Dimachaerus , semblantes hoscos, expectantes, invitándonos a participar del los fastos ante el Monarca.
Como en las
sesiones del Marconi, a poco que iniciaron la ceremonia
de pleitesía, un suave sopor nos invadió preludiando el sueño.
No podemos
discernir si fue pura fantasía. Empero juramos que, antes que ello sucediera alcanzamos a percibir,
etéreas, , abigarradas, enfervorizadas
columnas rumbo al coliseo. Armadas Brancaleone proclamando a voz alzada su devoción al emperador.
Argentinitos
en dos ruedas, desalojados de la esperanza, arrogantes haciendo gala de su vulgaridad, damas de
estridentes capelinas con sus pulgares
altivos, primates del odio,panelistas pródigos, Barteblys con ganas de pelechar, Rapis de deliverys
esquivos…
Todos..; bueno casi todos consolidados morituris
homologando que esa película ya la hemos
visto.
domingo, 3 de diciembre de 2023
el Basko
Lo conocimos en el mediodía de los setenta. Compartíamos la aflicción
por Tlatelolco y una creciente admiración por los efluvios del mayo francés y la
revolución china.
A su juicio
manteníamos cinco diferencias que impedían un vínculo más activo y orgánico. Esas
contradicciones, náufragas y ahogadas en
el mar del olvido, estaban impregnadas de impericia y cierto infantilismo de
izquierda que acaso, hemos logrado superar.
Nos llevaba
una ventaja. Él se había codeado con el Ché
-en todo el sentido de la expresión - mientras que nosotros lo contemplábamos
en el poster del comedor.
Por entonces
era el Vasco con “V” corta y no sospechábamos que aquellas cinco piezas de
debate yermo se convertirían en una coincidencia de vida y amistad que se prolongaría
por casi medio siglo. La poesía ayudó
mucho como también la tristeza por la muerte
de un tal Basilio Kancheff y la mancomunión con la figura de aquel relojero anarquista que
nos vigorizó en la épica, en el abrazo a la poesía, en la necesidad de
alimentar la utopía a toda costa.
Cuando la V
corta maduró para mutar en B larga también
creció la prosa, su visión del mundo, la fraternidad.
A fuer de
verdad digamos que la APE fue propiciadora de armonías y encuentros. Pero en
nuestra memoria perduran como insustituibles aquellas jornadas en que cubría
los turnos en la farmacia de la avenida
Belgrano y las redomas eran testigos de afanosos planes para cambiar al mundo tan
sólo pertrechados con un soneto.
Una vez, en
tiempos en que las puertas cerraban sin llave, descubrimos un mensaje reposando en la mesa diaria que
decía “por dónde andan, los extraño”.
Esta tarde, cuando Paulita nos dijo lo que ahora todos saben, comenzamos
a buscarlo tratando de evitar una impiadosa
lágrima peregrina. Un exiguo papel que todavía no localizamos. Quizás habite en el interior del libro que ilustró Raquel,
jugando a las escondidas entre las carpetas, o en aquel sobre que trajera
noticias del Guiye contrariando la
lógica del tiempo. Un atadito de saludos y poemas que el propio Basko, junto a Pocha,
nos entregara como el milagro de una botella al mar.
Mañana
iremos a sancionar que aquellos cinco enfoques encontrados nunca fueron
obstáculo para el abrazo y que… “Viva la liverta”, carajo.
Tal vez, a
eso de las once, en medio de la despedida, un ángel euskaldun deposite sobre la madera un mínimo mensaje que exprese lo mismo que aquel otro que quedara boyando en nuestro
mantel.
viernes, 24 de noviembre de 2023
En la calle nos vemos
¡Se vienen los Ellos!
NOS VEMOS EN LAS CALLES
Si el lunes no acompaña,
puede ser este viernes
una estación de luces
y sin tiempo.
Será en aquel baldío
donde se oculta el silencio
o en los tapiales ariscos
de contraolvido.
Nos vemos compañera,
al sur de los caldenes,
en la hilera del pueblo,
a metros del lugar
en que se amortiza el miedo.
Por si acaso un traspié,
y para que no haya dudas,
-como labrado a fuego-
insisto en que nos
vemos,
andando, a cielo abierto.
Reniego de las promesas
al igual que a profetas,
esos que le mezquinan
su presencia en las plazas
aunque les sobran
ofrendas.
Pervive esta pulsión
que viene desde
lejos,
aquel solar de angustias,
la noche de
tormentas,
la ronda de los
jueves,
los dichos de una abuela.
Así que ratifico
allí estaré presente
espantando un
desvelo
armando los abrazos
inmerso entre la gente.
en las calles nos
vemos,
en las calles, de nuevo
y será como siempre
plebeyos, obstinados
cerrando un puño al cielo
domingo, 19 de noviembre de 2023
viernes, 10 de noviembre de 2023
Maria de Ayohuma
viernes, 3 de noviembre de 2023
Llueve en Deir al-Balah
Un filamento delgado
salpica la mejilla
de un anciano en
Hebron
Te cuentan:
inició como garúa,
esa matriz de
tango
que humedece las calles
armando firuletes.
Un dos por
cuatro
feroz y
compadrito.
Por allí preludia un temporal,
que acaso bautice sin virtud,
aquel empedrado
en Ramallah .
En tanto,
en Kalkilia al sur
estalla un
relámpago,
sus fauces refulgen
en las
faldas del túnel,
celosamente abrigado
por edictos
pulcros
de la edad
de plomo.
A todo esto,
anuncian borrasca
en Deir al-Balah
y un rio turbulento
horada los cauces
;
No hay piedra que alcance
a
frenar correntadas.
Llueve,
con impiedad y esmero,
por techos agrietados
tan lejanos,
tan
desesperadamente lejanos
que no los
tocan las miradas.
y más allá también
aunque a veces lo ocultan.
Otro fulgor empaña
el cielo,
opaco , lastimando
al
otoño.
Así las
cosas ,
cada gota funda un cráter,
una
minúscula cicatriz en la arena
que se ahoga
en lágrimas.
Si algún día
sale el sol
proyectará un arcoíris
sobre el muro.
Ya todos lo
saben:
será de color púrpura.
……………..
Ilustración:
“Guernicalestina”, Daniel Bilbao
lunes, 30 de octubre de 2023
viernes, 13 de octubre de 2023
Decir si
DECIR SI
(“De eso no sabe el enemigo…”)
Ahí están, los negadores, dulcificando el genocidio. Tesoreros de la muerte, de
contabilidades chuecas que rapiñan una cifra con la intención de que sus balances no arrojen pérdidas.
¿Pérdidas? sabemos
de ellas
Basta una, tan solo una, para exponer el espanto,
cuantificarlo. Ellos están al corriente y lo niegan porque el ocultamiento de la
verdad es imperio de salvedad y
justificación.
Tierra fértil patrocinando tonificados latrocinios.
Saben y lo ocultan. Los treinta mil no fueron el
objetivo, instituyeron el requisito para implementar la destrucción de la soberanía en todos sus
campos.
El ideario de la negación es mucho más sinuoso de lo que exhibe el desafuero de la cordura o
la vociferación de exterminios o motosierras .Tapaderas distractivas. Tras estas exteriorizaciones se encubre el
sutil y obscuro andamiaje del paradigma de la esclavitud. Ilusos
aquellos que, al no creerse concernidos por alguna bravata, que la identidad no les
importe, la dignidad no los perturbe o la defensa de la condición humana les
resulte indiferente, concluyan que emergerán indemnes. Todos, absolutamente
indivisos, serán afectados por este
arquetipo que replica un nuevo proceso de reorganización nacional.
¿Alguien conoce
la lista –exceptuados los patrones
del poder- de los que se han salvado solos?
Nos la presentan como nueva, es una inspiración decimonónica. Rejuvenecida
cíclicamente, ahora travestida de
democracia, en convenciones comiciales. De manera que se les vuelve imperioso ocultarlo tras la privación
de lo obvio: destruir el símbolo, la memoria, el producto de la
lucha, los consensos éticos de
una sociedad que resistió y persiste.
Ellos, apologistas del relato, vomitan su cantinela en foros propiciadores del silencio y el olvido.
Espacios que, por postración, complicidad, labilidad ideológica, oportunismo, etc, conceden
y amplifican el discurso reduccionista de
los ocho mil. Piensan, los nuevos
bárbaros de la escena nacional, que esa teneduría absuelve y hace
más buenos a los criminales.
Escribas patibularios que propugnan la existencia y
legitimidad de un totalitarismo en democracia.
Prédicas que conciben
-a los exégetas de un renovado procedimiento
de entrega, hambre y sumisión - como
adversarios antes que enemigos.
Proxenetas de la política, no acuden a la Argentina para engrandecerla sino con la
intención de abusar de ella.
Al fascismo no se
lo tolera, se lo combate.
¿Con qué ábaco numeraron a los niñes?
Hemos sostenido
que con una víctima alcanza a mensurar
el inventario del horror que se quiere
adulterar.
Repasemos, acaso
bastare consignar a la niña o niño en gestación de Ana María Gutiérrez, la
pampeana nacida en Villa Mirasol ,
secuestrada y desaparecida, junto a su compañero, en noviembre de 1976.
Y si este ejemplo no fuere suficiente para desautorizar a los falsarios,
digámosles e que su arqueo no tuvo en cuenta a las hijas de Lucía Tartaglia o de María de las Mercedes Gómez . Ni a Elena ( la hija de Maria Abinet y Miguel Gallinari , asesinados), también alumbrada en las profundidades de una mazmorra del régimen.
Ni qué hablar de José Luis Estigarría, el adolescente nacido en General Pico, que engrosa la lista de los más de
trescientos estudiantes secundarios eliminados por el terrorismo de Estado.
¿Hubo quién registrara
a Pablito, de 14 años , ultimado junto a su madre, Irma Beatriz Márquez Sayago? Pablo Antonio
Míguez, ¡presente! Hijo del corazón de otro pampeano asesinado, Jorge Antonio Capello,
nativo de Jacinto Aráuz.
Tal vez a a los Villaruel, Milei, Avruj, Biondini, Lombardi, Lopérfido
… se les refresque la memoria -no ya la conciencia- si atinan a pasar por la ribera que enfrenta a
la ciudad universitaria donde sorprende
y estremece la escultura de una criatura acariciada por la correntada del Río
de La Plata. Tremendo testimonio realizado
por la escultora Claudia Fonte.
Pablo y los
pájaros, le dan la espalda a la costanera brumosa. Urbanizan
una instantánea que en estos días
se prorroga en la tapa del último y necesario disco de León Gieco.
“El
hombrecito del mar”, ese sepulcro caudaloso de los vuelos.
Ignoramos
qué nos proporcionará el destino en estas semanas venideras.
Nadie puede
presagiar el porvenir de un sufragio.
Tan solo
prevalece una certeza, que proviene de la sabiduría de nuestros eternos
luchadores de la historia. Tácito desenlace
de un magisterio plebeyo que vence al
tiempo y se dilata en las puebladas. Un precepto que se condensa en cinco palabras: la urna es
la calle.
sábado, 7 de octubre de 2023
El Bepi
La guerra le destruyó la huerta y su
niñez. A los trece, el bambino ya era partisano y padecía en carne propia los desgarres familiares. Acaso llegue un tiempo , y una
licencia de distancia, que alcance a suturar estos desgajos. Una jornada gris de 1945 el cielo de Feltre se oscureció ante
el vuelo de los aviones y el cura del internado se le acercó para concederle la extremaunción .Porque no otra
cosa presagiaba el estremecedor rugido
de los Panzer de la Reichswehr. Estampida de las hordas batiéndose en retirada, arrasando todo
lo que entorpecía su paso. Afortunadamente los aliados llegaron antes que el
sacramento religioso cobrara sentido. El Bepi es, Giuseppe, José bah; hermano
de nuestro hermano Pablo De pian. Ambos
emigraron a la Argentina y fundaron una familia que crece y se expande por confines
infinitos. Buena parte de ella se
congregó hace unos días para celebrar su cumpleaños número noventa. En un hueco
de la fiesta- ratificando una amistad que se prorroga por más de medio siglo-
nos regaló memorias de praderas y
lejanías. Con ese acento que no se despega de su infancia , desmigajó pormenores de sus proyectos futuros que siguen girando
alrededor de las flores, la música, la fidelidad eterna a las banderas de la
emancipación.
Bepin panzeta, Así lo llamaban los vecinos-con algo parecido
a la conmiseración- por la tremenda flacura y abultada pancita.
Por las mañanas se lo ve, mate en
mano, regando plantines, abriendo surcos
y practicando
su recreo favorito: charlar con
las calandrias.
Vayan estas palabras como
redención: porque aquella tarde no le cantamos Bella Ciao y nos faltó otro
abrazo.
viernes, 29 de septiembre de 2023
DEMOCRACIA- inventario
Alcanzamos, en este momento del calendario, amortizados por cierta impunidad que dan los años. Con edad y
experiencias suficientes como para sostener que el tiempo es una ilusión absurda
del pensamiento y, por tanto, cuarenta años pueden ser una eternidad o
un suspiro en el universo.
¡Cuarenta años!, “que febril la
mirada…”
Un punto y coma en la Divina comedia, una
brizna en el Sahara, un granito de arena en la costra reseca del Salado.
Y a la par, un cosmos: Cabezas, López,
el Papa criollo, una pandemia-,
tan cruel y venenosa como lo suele ser la pobreza- un Oscar, un No positivo, dos
Nobel, dos mundiales en la vitrina, otras tantas constituciones, cinco
presidentes en once días, una mudanza de
siglo, un nuevo lenguaje y…¿ Cuántas mutaciones de moneda?
¿Ya floreció el dólar carcú?
Actúan los cara pintadas, dos
veces, pero los niños no ríen.
Este lapso ha operado en nuestras
conciencias tal cual una montaña rusa. Cuando
estamos en la cima y consideramos acariciar alguna estrella, caemos
vertiginosamente. Luego descendemos…y así, hasta el hartazgo
Tiempos de desgarros y alegrías efímeras.
“Todo pasa y todo queda”, gracias
Machado.
¡Si ayer nomás despedimos a Cortázar,
Atahualpa, Piazzolla, la Negra. Hamlet partió esparciendo un estela ceniza en un álamo carolina. Tejada
se fue, dejándonos solos, como un niño en la calle.
¡Si hasta el Diego dio un portazo
tan rotundo que el sonido aún reverbera
en el aire! ¡Una partida que mancha esa alegría ecuménica que engordaba en
nuestros corazones!
Ni que hablar de los de acá, tan
íntimos, tan cercanos, tan poderosamente sentidos. Desgajos tan notables cuya enumeración
nos es imposible traducir en palabras.
Si te caes cien veces, cien veces
te levantas, sentenció el poeta en un tiempo de bruma y de zozobra. Habrá que
hacerle caso y apelar a esta didáctica de la historia que nos asegura que las
derrotas son las madres de las victorias.
No hay corralito que valga.
Repasemos: el período comenzó con
un juicio y culmina con otro. Los dos a
contrapelo de los capataces del poder, amanuenses,
de los saciados. Ambos presididos por
una monumental arquitectura de argumentos legítimos, razones éticas y apelaciones a la justicia, Un cúmulo de demandas
por la sencilla razón de su ausencia.
Acaso la justicia se ha fugado?
Faltan veredictos, pero no hemos
perdido el juicio. Ni la ilusión, ni la voluntad. Allí está, para alentarnos,
ese mocerío inclaudicable, sonoro, aguerrido, que se abre paso sobre las
barricadas para desterrar las tinieblas, iluminar nuevas huellas. Otres, aluvionales,
armando la ola más descomunal que rejuvenecen estas décadas tiñendo el futuro de ese color
que se asocia a la esperanza.
Por allí cada tanto, a la vuelta
de la esquina, un chiquillo recuperado.
Largo es el camino, cualquiera
sea la distancia. Puede ser ancha y sinuosa como la que une Lago Escondido con Alto Comedero. O mínima y fatal, tal cual una
sentencia del INDEC o esa motosierra. Una traza herida ,de Maldonado a Nahuel.
O de Kosteki a Santillán, sin ir más lejos.
Al final del recorrido puede ser
que lo que nos inunde sea el desasosiego, o que no haya luz en la consumación del túnel o que la casa no esté en orden.
Si llegáramos a ese punto, esa ponderación
de lo imposible, no desfallezcamos,
Allí habitarán los que iniciaron
sus existencias en aquellos ochenta tan distantes. Nuestros hijos y nietos, por
ejemplo. O estos músicos que abrazan diapasones y elevan sus voces para cobrar
altura. Más esos otros, imberbes,
irreverentes, con ese tonito displicente
que a menudo armonizan los jóvenes, susurrándonos al oído; “no
te des por vencido, bobo…”
Y si este exorcismo, casi una gambeta del
lenguaje, una admonición de zurda y con
los botines de punta, no bastare, nos queda otro. El que amanece en esa historia que Galeano despejó
desde las elevaciones del aula magna, en
la que da cuenta de esa filosofía de
vida que atañe a la cosmovisión de las indias
huicholas. Mujeres empoderadas por el sufrimiento que, al momento de parir, emplazan
sus pensamientos en el relámpago de
felicidad y regocijo en que ese niño fue
concebido.
No es mala la idea. Aparejemos, entonces, un nuevo
inventario que cada uno de ustedes
fermentará en ampliaciones. Datos, fechas, sucesos. Una revisión pionera y plural, que instale el
acento en los momentos germinales de esta democracia cuya efeméride hoy nos convoca.
La lucha, sin ir más lejos, la
resistencia, el magisterio de Madres, el vuelo de los pañuelos, la memoria viva
de los ausentes y su paradigma. El canto testarudo, las puebladas…
Los pibes, desobedientes a una
moral que se deshilacha.
La lista es inagotable y se nos
ocurre pensar, esta noche y en estas jornadas
de fastos y conmemoraciones, que no es
posible una democracia que olvide a quienes la preñaron.
j.c.p
marzo 2023
viernes, 22 de septiembre de 2023
A dos vvoces
Duo Salteño-FotoSilvia Martins
lunes, 18 de septiembre de 2023
miércoles, 13 de septiembre de 2023
Sananpay
sábado, 9 de septiembre de 2023
Marcelino cuenta y canta
MARCELINO
CUENTA...Y CANTA
Navegamos, quién lo duda, en el
mar de la tristeza. El lunes la noticia, bomba. El martes el anuncio de la
muerte de Marcelino¡¿Pero, cómo, no será que fue a jugar con Valentín?!.
Busquemos.
Esa tarde, cuando el dolor tocó a
la puerta, la memoria se coló por la rendija. Conocimos a Marcelino otra tarde
de invierno y giramos en la plaza de los jueves de hace tiempo. El traía una
tiza y una fotocopia presentando al indiecito amigo.
Luego fue primavera y hubo flores.
Lo vimos con frecuencia y el
siempre era un recreo. Como un niño, como un pájaro, como un poema en vuelo.
Avanzó en estos años constelado de
chiquitos, tironeado de chiquitos
golosos por tutearse
con la maravilla y el asombro. ¿Sabían que la ternura va a la escuela?.
Hace poco recopiló las canciones
destinadas a los niños y más acá empuñó
sus lanzas para demostrar que la literatura infantil juvenil es tan real como
el pan con dulce de leche, sutil, como un siete bien zurcido, necesaria, como
una rabona a su debido tiempo, imprescindible como el abecedario; promisorio,
como el tañir de las campanas tocando los recreos.
En el verano del noventa la angustia se manifestaba por
obtener una mejor relación entre la escuela y la literatura y esta inquietud
estaba dada por la certidumbre que la
palabra vuela, y vuela alto. Fue en las costas del Colorado. Allí lo
escuchamos con esa forma tan marcelina de explicar, que las escuelas no son
aviones, ni tampoco hay pistas de despegue para ese vuelo, ni quien ate los
cinturones. Y hasta se sospecha que no hay piloto.
Pausado, nos regaló a Aleixandre y
así supimos que la vinculación entre el alumno y la educación actual es como
una mariposa que al llegar a la escuela deja sus alitas en la entrada y lo que
penetra al aula sólo es la crisálida.
Fue, lejos, el ejemplo más
elocuente.
Hace unos días, cuando se inauguró
la casa de la APE desplegó todo su encanto y reinauguró la emoción cuando, tras
buscar fragmentos de papel como Minguito, armó poemitas breves que nos dejaron
pensativos y hasta quizás más buenos.
Busquemos, no puede ser que se
haya ido. ¿No estará con Valentín?.
No debe ser engorrosa la tarea.
Aquí está su compás: si uno apoya una punta en el corazón de la alegría y traza
un círculo será fácil ubicarlo. Busquemos, ahí está La Pampa Cuenta y Canta y
allá suena una campana.
Busquemos, todos juntos. Existe un
dato, en el lugar donde el otro día lo dejamos están sus alas. El las posó allí
para orientarnos.
J.C.P.2l.7.94
ELOGIO DE LA LUCHA
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