No
sabemos sus nombres, son las grandes olvidadas de la historia de México y sin
embargo sin ellas no habría México ni historia de México” Elena Poniatowska.
Desde entonces está con nosotros. Con ella, a partir de ella,
conocimos a Jorge Negrete y, ya adolescentes, sus circunstancias. Inicialmente
en las alegaciones de John Reed y más tarde en los portentos de Juan
Rulfo.
Adelita siguió siendo Adelita pese a que los socios del Club de
los Racionales pretendieron convencernos de que se trataba de Altagracia
Martínez o acaso Marieta Martínez. Precisamente esta vacilación de los
biógrafos nos confirmó el acierto de adscribir a los veredictos del imaginario
popular.
Adelita reflejada en los ojos de Pancho Villa, cocinando tamales,
consolando a los heridos. Adelita en la primera línea de combate con un fusil
al hombro y esa sonrisa encantadora en el andén de Buenavista poco antes de
partir hacia los llanos de Chihuahua donde la esperaban la revolución , las
apostasías de Pascual Orozco y la leyenda.
Desde ese momento permanece allí, en un estante de la biblioteca y
en lo más profundo del corazón de un niño que se estremece cada vez que eleva
la mirada y contempla su sonrisa.
JCP
La fotografía de Jerónimo Hernández fue publicada por primera
vez el lunes 8 de abril de 1912 en el diario maderista Nueva Era, y da cuenta
de la partida, el sábado 6 de abril, de tropas del general Victoriano Huerta