Amanece un nuevo año. Se ilumina la certeza de que
la gran contradicción sigue siendo liberación o dependencia. Tiempo de furias y
desgarros. Los que avanzan al porvenir lo hacen convicción de que o se lucha o
se pierde. Bienvenidos a los desafíos de la hora. Nos abriga una wiphala y una
antorcha encendida.
La memoria es un tatuaje del alma. Se lleva en la conciencia y obedece a sus dictados. Indeleble, eterno, nos dice quiénes fuimos y revela lo que somos. Testimonio para presentir destinos y decidir qué haremos
miércoles, 25 de diciembre de 2019
jueves, 5 de diciembre de 2019
El ciego
En el niño al que
apalea, distingue a un enemigo. En la
muchacha que trata de huir de sus garras, un objeto de placer. La mira del
fusil no devuelve esa lágrima ni el ojo que estalla. Sus retinas solo confirman una lección, la ejecución de un chantaje
histórico para esos rehenes del porvenir que algunos llaman sobrevivientes. Frente
a una whipala que flamea , verifica una amenaza . El soldado,
que desliza su mirada en este e solar en llamas que propicia, en las devastaciones
de la avaricia y en ese horizonte ceniza donde habitan los escarnecidos de su afrenta, no ve la
realidad. Acaso constate su propio futuro.
miércoles, 20 de noviembre de 2019
¡Ay Rita!
¡AY RITA!
Rita Ssegato, a quien le debemos sensateces que han
iluminado y enriquecido nuestras existencias, acaba de promover un examen acerca
de los acontecimientos en el altiplano.
Apresurada por fiscalizar comprensiones caricaturescas estereotipadas de alguna masa crítica del país No vacila en adjudicar a
otras voces el pecado de interpretaciones
sesgadas y binarias soslayando el hecho
que en su misma formulación subyace un soplo maniqueo.
Lo hace desde Buenos Aires, dirigiéndose a las compañeras y
hermanas bolivianas. Por alguna razón, sus expresiones nos remiten al fallido y
olvidable ensayo de Marx sobre Bolívar. Rimas de un pensamiento que reincide a través de la bruma histórica.
Segato , obnubilada por su propio feminismo, evita deliberadamente
abordar las cuestión boliviana y hemisférica dentro del marco de la lucha de
clases, circunstancia que a todas
luces hubiera promovido otros enfoques o acaudalado su perspectiva.
Soslaya, utilizando como peso argumental un estado de ánimo,
que las razones del golpe no son exógenas sino provocadas por las debilidades, errores
y miserias de Evo y sus políticas.
Así, el presidente legítimo de Bolivia, ratificada su
adhesión popular por diez puntos de
diferencia obtenidos en la última compulsa comicial, cae, en la exégesis de la
antropóloga intelectual, por machista, por su equivocada política
ambiental y el deterioro de su crédito
social.
No parecen muy científicas sus consideraciones. Si
alcanzaran otra estatura, se constituyeran
en coordenadas de análisis con más enjundia, sus adherentes podrían concluir que si estos
son los fundamentos del a alzamiento, los días de Bolsonao están contados.
Con la misma soltura y liviandad también podrían argüir que
la mujer violada lo es como producto de sus traspiés,
segato oblitera la enunciación de los logros de cuatro años
de gestión. En el mismo espacio temporal en que Macri devastó a la Argentina
Morales elevó a su país al sitial más empinado de la independencia y la
distribución de los recursos.
Negarlo, soslayarlo, adulterar este dato de la realidad
conduce a sostener, que la producción y montaje de la monumental maniobre sediciosa no tuvo en consideración esa cuestión.
Elemento cuya centralidad emerge a poco
que cualquier desprevenido se detenga a repasar el progreso o involución de los
países de la región en el lustro.
Y por último, el peso de las palabras. Es decir el volumen
ideológico que subyace o se infiere de una elaboración analítica: Evo es invocado trece veces en un texto de
tres páginas ; Camacho, dos .Curiosamente están ausentes en ese ensayo sobre lo
que acontece en el país hermano, las palabras
resistencia, Añez, asesinados, Trump,
imperialismo, fascismo, pueblo .
En fin, duele el análisis, acaso por su indigencia y
unilateralidad. Ciertamente, por provenir de quien proviene, una luchadora que sigue manteniendo un plus de expectativa
en nuestros corazones.
viernes, 15 de noviembre de 2019
La edad de plomo
Hubo
una muerte impune y una víctima inocente. Luego otra. Y otras. El mismo patrón
Asesinatos seriales, rememorarían con laconismo algunas crónicas de un siglo a
otro. La policía sospechaba de los
historiadores.
lunes, 11 de noviembre de 2019
Evo
No ha sido vencido el estadista que privilegió a la vida ante la tragedia. Renacerá, como el vaticinio de Allende en la Moneda. Porque la única derrota admisible es la del pensamiento. No pudieron los Barrientos, García Meza ni los Banzer. Cada vez que suene un sikus, que se empuñe un poema, que flamee una Wiphala en la cima de un cerro, se ratificará el triunfo deEvo Morales y todo lo que encarna.
jueves, 31 de octubre de 2019
logros
miércoles, 23 de octubre de 2019
¡VIVA CHILE, MIERDA!
VIVA CHILE, MIERDA!
Parece un pibe, lo es. Pero no el niño que se aguanta la lágrima y una queja. Que acaso esta noche – si la suerte- despertará sobresaltado , muerto de miedo, porque sus padres aun no han vuelto.El que parece un pibe y lo es, es el otro. El guerrero de la coraza , empujado a Las Condes a dilapidar la última dignidad de clase que le quedaba cuando decidió vestirse de enemigo, subyugado por los ojos claros de las Lagardes de turno, esas ante las cuales Macri se postró para jurarles fidelidad eterna invitando a sus paisanos a hacer lo mismo: enamorarse.
El portador de la caparazón tiene toda su fuerza en el atuendo, por lo demás es un pelele. Sueña con vivir en el barrio donde ahora arrastra a su víctima pero por las noches, tras sus dilatados turnos en que hace días escucha la prédica implacable de cómo cazar huevones, junta las monedas para regresar a Colina, Villa O’Higgins o José Donoso . En esos barrios, por las madrugadas -como las diuca de Morisoli- crece un murmullo que se agiganta, un andar rebelde e implacable que tal vez hoy , mañana, o pasado o muy pronto cruzará las alamedas para expresar y hacer lo que su dignidad y bronca le exigen.
El carabinero vestido de comic es, apenas, un pobre chileno desclasado . Ya sabe que no hay soldados ricos en la carabinería. Intuye también, porque vive en colina o en JoseDonoso, que lo que enfrenta en las calles de Santiago es un nuevo protagonista. Al anterior lo conoce de los manuales, de su procedencia, Por los Inti Illimani o desde las marciales enseñanzas en la Academia. A estos nuevos no: algunos hasta son parientes o amigos de sus jefes, visibles componentes de los sectores medios empujados a la pobreza que aceleradamente, a partir de las luchas por los aranceles, por los costos de una diálisis o el valor del transporte , aprendieron con desazón que el sistema no los incluye.
los que avanzan en Las Condes confluirán esta noche con los que han partido ayer desde el barrio donde vive el pelele , cantando bajito La Muralla. Cuando lleguen al Cabildo sus voces entonarán que el pueblo unido no será vencido y no tendrán certeza alguna del porvenir de esta confluencia. De una cosa pueden estar seguros, ganarán, tarde o temprano, porque así lo dictamina –inexorable- ese pregón que se hizo himno acuñado alguna vez en La Moneda.
El pibe que arrastra salvajemente al otro pibe no leyó la tapa de hoy de El Mercurio, en su columna central alguien sostiene como abriendo el paraguas “que se veía venir y no estuvimos a la altura”.
La mujer de Piñera fue más explicita, porque no tiene la cancha del Mercurio para la ambigüedad , al sostener que “vamos a tener que disminuir nuestros privilegios”. Su marido la escucha, mira el reloj, pide perdón pero en su fuero íntimo crece la certidumbre de que las mieles de su privilegios tienen los días contados.
El monstruo desclasado y pobre que reprime a los pobres verá mañana su perfil en las portadas. La misma catadura que hoy escupen los vilipendiados de Chile y el mundo.
martes, 1 de octubre de 2019
Inventario de la impiedad
foto: Dagna Faidutti |
El fantasma de 2001 con su corolario de represión y muerte opera como un disuasivo a la hora de proyectar la elevación de la protesta social. Esta conclusión rehúye la ponderación de que este modelo produce expiraciones -impunes- a escalas industriales.
El catálogo de la exclusión determina que en el último año se perdió un puesto de trabajo cada dos minutos. Así lo advierte un informe del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) sobre la situación del empleo entre marzo de 2018 y marzo de 2019.
Excluidos del trabajo.
Menguados de la vida.
Porque la muerte civil es eso: una de las formas de la muerte.
Hasta el más desprevenido es consciente del porvenir de esta situación. Aunque el conocimiento, ya se sabe, no siempre viene de la mano con una respuesta social que relacione las condiciones objetivas del desamparo con las consideraciones subjetivas. Valoraciones que eventualmente lo convocarían a asumir una actitud de rechazo activa o al menos crítica.
Por si no bastare, el INDEC nos acaba de anunciar que una de cada tres personas en Argentina es pobre. El 32% de la población. La noticia agrega que en un año la cantidad de pobres creció un treinta y seis por ciento . Son 14.300.000 (catorce millones trescientas mil personas, para digerirlo con todas las letras).
Este continente de la indignidad se subleva ante la verificación de que un argentino sucumbe por desnutrición cada diez horas.
Espantoso arqueo del evangelio del expolio. De manera tal que los lectores de este texto amanecerán mañana sabiendo que en el altar del capitalismo se sumaron dos nuevos sacrificios.
Y pasado mañana. Y al siguiente…
La voracidad del método afila sus colmillos cotidianamente y deja la puerta abierta para dar la bienvenida a las víctimas propiciatorias, producto de las necesidades coyunturales de un proyecto político en cuyo programa de acción se establece que ”los pobres importan un choto…” Decimos, por ejemplo, los Rafael Nahuel… Santiago Maldonado. O los caídos por imperio de la doctrina Chocobar, aplicada con tanta eficiencia que produce un muerto cada 21 horas. Consumada lucubración de Patricia Bullrich, tan inexpugnable que hasta goza de la anuencia de los Poderes Públicos que la propician o consienten.
Los amos de la vida y el dinero sostienen la inevitabilidad de la pobreza y desprecian el producto de sus acciones practicando un odio de clase que pro- viene desde el fondo de la historia.
El Dios del Mercado y de la Entrega baja o sube los pulgares a su antojo en un desenfreno que acaso no detenga la empalizada comicial.
A esta altura del texto pedimos misericordia por un preámbulo tan extenso. Originalmente tenía como única misión lograr un pretexto para insistir en un relato ficcional que hace treinta y cinco años titulamos:
El catálogo de la exclusión determina que en el último año se perdió un puesto de trabajo cada dos minutos. Así lo advierte un informe del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) sobre la situación del empleo entre marzo de 2018 y marzo de 2019.
Excluidos del trabajo.
Menguados de la vida.
Porque la muerte civil es eso: una de las formas de la muerte.
Hasta el más desprevenido es consciente del porvenir de esta situación. Aunque el conocimiento, ya se sabe, no siempre viene de la mano con una respuesta social que relacione las condiciones objetivas del desamparo con las consideraciones subjetivas. Valoraciones que eventualmente lo convocarían a asumir una actitud de rechazo activa o al menos crítica.
Por si no bastare, el INDEC nos acaba de anunciar que una de cada tres personas en Argentina es pobre. El 32% de la población. La noticia agrega que en un año la cantidad de pobres creció un treinta y seis por ciento . Son 14.300.000 (catorce millones trescientas mil personas, para digerirlo con todas las letras).
Este continente de la indignidad se subleva ante la verificación de que un argentino sucumbe por desnutrición cada diez horas.
Espantoso arqueo del evangelio del expolio. De manera tal que los lectores de este texto amanecerán mañana sabiendo que en el altar del capitalismo se sumaron dos nuevos sacrificios.
Y pasado mañana. Y al siguiente…
La voracidad del método afila sus colmillos cotidianamente y deja la puerta abierta para dar la bienvenida a las víctimas propiciatorias, producto de las necesidades coyunturales de un proyecto político en cuyo programa de acción se establece que ”los pobres importan un choto…” Decimos, por ejemplo, los Rafael Nahuel… Santiago Maldonado. O los caídos por imperio de la doctrina Chocobar, aplicada con tanta eficiencia que produce un muerto cada 21 horas. Consumada lucubración de Patricia Bullrich, tan inexpugnable que hasta goza de la anuencia de los Poderes Públicos que la propician o consienten.
Los amos de la vida y el dinero sostienen la inevitabilidad de la pobreza y desprecian el producto de sus acciones practicando un odio de clase que pro- viene desde el fondo de la historia.
El Dios del Mercado y de la Entrega baja o sube los pulgares a su antojo en un desenfreno que acaso no detenga la empalizada comicial.
A esta altura del texto pedimos misericordia por un preámbulo tan extenso. Originalmente tenía como única misión lograr un pretexto para insistir en un relato ficcional que hace treinta y cinco años titulamos:
EL DESOCUPADO
La risa –decía
Rabeleis- es propia del hombre. Esa facultad ya no es natural de un sector de la población que transita su
angustia por el país tras el rótulo de “desocupado”. La legión de hombres y mujeres sin empleo ha
pasado a engrosar la lista de nuestras profesiones cotidianas.
Así, desocupado se esgrime como
quien se presenta “doctor”, “abogado”, “carnicero”, etc.
Como toda persona enrolada en
determinada actividad el desocupado presenta también características
(modalidades, criterios, modos de enfocar la vida) particulares.
El ocupado pierde su trabajo e
ingresa en un mundo desconocido, cruel, con una filosofía propia.
Y aquel que antes era eficiente,
audaz, con iniciativas, va perdiendo todas estas facultades ante las
sempiternas negativas a su requerimiento de trabajo.
El desocupado comprende que ha
estado habitando un mundo desconocido, hostil. Esta revelación –sumada a su
problema- lo toma desconfiado, inseguro y le crea un problema familiar y
social. Cada vez vacila más aquella capacidad que lo hacía mostrarse como el
hombre que “vale tanto” que “es capaz de tanto”.
Ahora, su presentación se ha modificado.
Es el que pide cualquier cosa, las changas, los corretajes, lo que sea con tal
de salir de la nueva posición en que está inmerso.
Si el desocupado es soltero se irá
a otros lugares a probar fortuna. No regresará, salvo que la consigna, pues no
quiere sumar un lauro más a la larga lista de frustraciones cotidianas, la de
encontrarse con sus amigos y que le pregunten ¿cómo te fue?
Si el desocupado es casado, su
problema es mayor. Permitirá que su compañera solvente el pesado lastre de la
economía hogareña con su solo salario. Pero al tiempo, esa situación se torna
insostenible.
El desocupado, que aún no puede
desarraigarse de la condición machista de esta sociedad, no aguanta esta
situación, se torna irascible, su inseguridad crece y su actitud desarmoniza su
hogar.
La familia por su parte también
recibe estas influencias. La esposa asume en la mayoría de los casos una
actitud comprensiva que de tan evidente, se convierte en una peligrosa trampa.
El desocupado se retrae al cariño y desprecia las efusiones.
Los restantes miembros del clan
familiar (suegros, padres, tíos) que al principio fueron los campeones de la
comprensión y de las muestras de ánimo comienzan a emprender la retirada. Por
algo será que estás así, concluyen, para justificar su alejamiento.
¿Y los amigos del desocupado? Al
principio lo consuelan, lo apoyan económicamente, hasta que advierten que el
desocupado ha dejado de pertenecer a su grupo.
Claro, el desocupado no va al
club, al cine, sus temas de conversación han sido suplantados por los de la
resolución de sus problemas.
Es entonces que sus amigos y
conocidos lo empiezan a ver como la representación concreta de todo lo que
ellos no quieren para sí. El desocupado se convierte para cualquiera en el
exponente de la propia miseria, de la soledad. El potencial enemigo de nuestra
estabilidad laboral, si el desocupado consigue tanto es porque se lo ha
restringido a otro. Esta es la conclusión a que se llega en esta deformada
situación.
Y esto es válido también entre
desocupados. Se rehúyen, evitan y son remisos a cambiar información, es la
competencia entre desocupados para dejar de serlo.
Entonces, el desocupado continúa
solo, cada vez más solo y sumando angustias. Porque… ¿quién emplea a un
desocupado? El desocupado ha perdido iniciativa, no es productivo, su misma
condición de desempleado (de haber sido despedido, prescindido, inhabilitado)
suma un argumento en su contra.
Aunque también presenta algunos
beneficios. El desocupado se “regala”, cobra barato, se resiste a los planteos
laborales… Claro que estos atributos no pesan tanto como los anteriores.
Al desocupado le quedan entonces
pocas alternativas. A algunas se resiste y otras lo están tentando.
viernes, 13 de septiembre de 2019
Balada por la muerte de Lorca
………………………………………………………………….
El
crepúsculo es el más luminoso que recuerda y alumbra relámpagos de plata sobre el lomo de los
pájaros. Se abaten los ojos al fulgor de su pechera mientras una lágrima se dispara
……………………………………………………………………………
Bajo de
aquel olivo que crece entre los lirios yace
una rama mustia, trunca madera.
Acaso suene un río y ese rumor del agua fluye como un poema.
Una
línea que diga, propiciando un vaticinio:
quiero dormir el sueño de las manzanas…”
El trueno
de la noche mancilla una paloma incierta. Un pétalo de rapa abriga su herida.
No hay
testigos, Goya ya ha marchado
astillando las tinieblas de Príncipe Pío.
Desde
el Sur de la sombra, aligera y desangra, esta elegía.
¿Alguien
sabe dónde?
Hay un
barranco y una pala, sudor en la frente
del que cava y esa matriz
de sal andando cauce abajo en la
mejilla del que aguarda.
La pala
lacera la ladera hasta la piedra y la piedra
magulla su filo. De la misma
manera que lo hace un verso, aquel texto
de otoño, ese pregón de alerta por los que avanzan sembrando hogueras.
“”Sobre
el olivar
hay un
cielo hundido
y una
lluvia oscura
de
luceros fríos
El que busca sabe del montecillo,
del río y la pradera. Y de la desgajada sombra granadina , sus latidos.
Interpela,
tenaz, entre cien silencios, cien olvidos.
No
reclama aquiescencias tampoco concede treguas. No se detiene, ni se rinde.
Se
extiende, sin premuras ni sosiegos.
Procede
como la memoria…
…o esa
mantilla verde de Viznar que se dilata,
al amparo del árbol, donde crecen los lirios
(set.2019)
domingo, 8 de septiembre de 2019
'Lonja!
Si por algún efecto de la prestidigitación alguien, una cosa, un fenómeno, lograra que la consideración del hambre –o el dólar—quedara en segundo plano, emergerá en el foco de la atención argentina la estela creciente de la violencia promovida en forma institucional y encarnada como un elemento más de nuestra cotidianeidad.
No hay que ser muy vivos para percibirla . Allí está Carrió advirtiendo que será la nueva mártir que reedite a Allende en su último minuto en la Casa de la Moneda. O Macri, impostando la voz para vociferar un ¡carajo! poco convincente en términos actorales pero muy efectivo en el examen de sus connotaciones.
Si el dólar se evadiera del firmamento nacional, brotará fuerte, potente, eficazmente letal, un protocolo ya sedimentado en la escena histórica: desde Joaquín Penina a Vallese, partiendo de Santiago Maldonado a Rafael Nahuel , desde los bombardeos en plaza de Mayo a Kosteki y Santillán.
Ya sabemos lo que suturó este historial del luto.
El protocolo debutó, oficialmente, con el ejercicio de tiro por la espalda de Bonadío y prosiguió, casi sin transición, con Chocobar.
Pero hay otras ejercitaciones de la muerte que la crónica adultera hasta tornarlas espasmos sin relación. El asesinato de un anciano por un pote de mermelada o esa patada en el pecho a un borrachito aturdido que avanza hacia su verdugo con las manos atrás, como un número nueve en falta.
El espectro de esa pulsión sobrevuela nuestros días. Y peor: nuestras horas.
En los setenta asistimos con fruición a la proyección del film “I Como Ícaro” en lo que fuera el cine Monumental. Allí, el formidable Ives Montand replica un pasaje de lo que fue en los sesenta el experimento Milgram: un ejercicio de violencia ficcional que se presenta como real a sus observadores. Dependerá del grado de verosimilitud de la práctica para que el que asistiere al martirio de un sujeto indefenso reaccione provocando la paralización de la práctica. Los hubo quienes no pasaron del grado dos y también los que insistieron en proseguirla. En la película de Verneuil, Montad, aturdido por lo que creía una tortura real, se rebeló en el grado cinco.
A vastas capas de la sociedad les pasó inadvertida la reedición del experimento de Stanley Milgram pero, sin el componente de ficción.
Sucedió a la luz del día, ante un público pletórico de violencia, asumiéndose Césares en el circo romano de la Asociación Rural Argentina.
Gallardos, viriles, empeñados jinetes criollos henchidos de fervor nacional arremetieron blandiendo sus rebenques contra un grupo de pibas veganas que alzaban sus pancartas proclamando su filiación.
Constituyó un ejercicio de tortura colectiva y al aire libre.
Pero no fue, eso, lo peor. Lo execrable lo instituyó la circunstancia de que la platea, encendida de pasión redentora, alentara a los hidalgos representantes de la Rural al grito de ¿Lonja!¡¡ Lonja!
Imaginamos a Patricia, en ropa de fajina, siguiendo las exteriorizaciones desde su plasma, restregando sus manos de puro gozo.
Sirvan estas desordenadas líneas como pretexto para promover expectaciones con más enjundia y rigor. Tentativas propensas a elevar la puntería en el análisis de esta espiral de violencia que se internaliza, como predominio de esa terrible fuerza, al decir de Gelman, infatigable y mortal: la de la costumbre.
………
jcp
setiembre8 de 2019
No hay que ser muy vivos para percibirla . Allí está Carrió advirtiendo que será la nueva mártir que reedite a Allende en su último minuto en la Casa de la Moneda. O Macri, impostando la voz para vociferar un ¡carajo! poco convincente en términos actorales pero muy efectivo en el examen de sus connotaciones.
Si el dólar se evadiera del firmamento nacional, brotará fuerte, potente, eficazmente letal, un protocolo ya sedimentado en la escena histórica: desde Joaquín Penina a Vallese, partiendo de Santiago Maldonado a Rafael Nahuel , desde los bombardeos en plaza de Mayo a Kosteki y Santillán.
Ya sabemos lo que suturó este historial del luto.
El protocolo debutó, oficialmente, con el ejercicio de tiro por la espalda de Bonadío y prosiguió, casi sin transición, con Chocobar.
Pero hay otras ejercitaciones de la muerte que la crónica adultera hasta tornarlas espasmos sin relación. El asesinato de un anciano por un pote de mermelada o esa patada en el pecho a un borrachito aturdido que avanza hacia su verdugo con las manos atrás, como un número nueve en falta.
El espectro de esa pulsión sobrevuela nuestros días. Y peor: nuestras horas.
En los setenta asistimos con fruición a la proyección del film “I Como Ícaro” en lo que fuera el cine Monumental. Allí, el formidable Ives Montand replica un pasaje de lo que fue en los sesenta el experimento Milgram: un ejercicio de violencia ficcional que se presenta como real a sus observadores. Dependerá del grado de verosimilitud de la práctica para que el que asistiere al martirio de un sujeto indefenso reaccione provocando la paralización de la práctica. Los hubo quienes no pasaron del grado dos y también los que insistieron en proseguirla. En la película de Verneuil, Montad, aturdido por lo que creía una tortura real, se rebeló en el grado cinco.
A vastas capas de la sociedad les pasó inadvertida la reedición del experimento de Stanley Milgram pero, sin el componente de ficción.
Sucedió a la luz del día, ante un público pletórico de violencia, asumiéndose Césares en el circo romano de la Asociación Rural Argentina.
Gallardos, viriles, empeñados jinetes criollos henchidos de fervor nacional arremetieron blandiendo sus rebenques contra un grupo de pibas veganas que alzaban sus pancartas proclamando su filiación.
Constituyó un ejercicio de tortura colectiva y al aire libre.
Pero no fue, eso, lo peor. Lo execrable lo instituyó la circunstancia de que la platea, encendida de pasión redentora, alentara a los hidalgos representantes de la Rural al grito de ¿Lonja!¡¡ Lonja!
Imaginamos a Patricia, en ropa de fajina, siguiendo las exteriorizaciones desde su plasma, restregando sus manos de puro gozo.
Sirvan estas desordenadas líneas como pretexto para promover expectaciones con más enjundia y rigor. Tentativas propensas a elevar la puntería en el análisis de esta espiral de violencia que se internaliza, como predominio de esa terrible fuerza, al decir de Gelman, infatigable y mortal: la de la costumbre.
………
jcp
setiembre8 de 2019
domingo, 25 de agosto de 2019
días de juicio. Final de puño en alto
Juan C.Pumilla- Norita Cortiñas |
Nos lisonjeó el rostro con las manos y
su mirada profunda completó la bendición. Nosotros, los ateos, consagrados en esa ceremonia plebeya. Austera, queda, henchida
de convicción y lucha. Luego fue a la calle
a decir, más bien gritar, por aquellos que estarán ahora y siempre.
Hasta la victoria.
Ella desandó distancias y volvió a dictaminar el triunfo de la memoria en el
sitio del tormento, los aposentos de los dueños de la vida y de la muerte que
media hora antes habían conocido su sentencia: ni olvido, ni perdón.
Hace dos años, agosto era más frío y el futuro incierto. Dos
inviernos se desangraron hasta alcanzar estos auspicios de primavera que tan bien nos
vienen, que tan bien nos hacen.
Con voz pausada
certificó estas conclusiones horas después, desde un escenario pletórico
de luces, pañuelos y emociones. Su
figura menuda emergiendo de las apasionantes páginas de un libro que la pinta
de cuerpo entero. Enorme, no se equivocó Fidel, porque no se trata de estaturas
sino de grandezas.
Luego se fue, pero sabemos que no es así. Sigue palpitando
en estas torpes líneas que intentan infructuosamente la obtención de una
metáfora afortunada. Un texto eficaz para la honra. Una línea auspiciosa desde
estos medanales que ya la extrañan, un pensamiento escrito que haga justicia a
la mujer, la luchadora que no ceja, compañera de mil luchas y dos mil rondas. Ella, paradigma de vida y combate.
¡NORITA!
El viernes 16 de agosto de 2019, hace apenas unos segundos, porque la medición del tiempo es arbitraria
en la conciencia, la vimos llegar montada en su mágico cayado. Amazona blandiendo su pañuelo verde, para corroborarnos – por si hiciere falta - la
inexorable obediencia a las leyes de la perspectiva. Ese dictamen inapelable que
la agiganta, cada vez más portentosa, a medida que nos acercamos.
sábado, 10 de agosto de 2019
Las estaciones
Pertenecen a un país que ya no
es y están allí, en la soledad descascarada, lamiendo sus heridas, lejos de los
ecos de otras épocas. Otras voces poblando estas galerías que el viento recorre, puntualmente,
acariciando desconsuelos.
Siguen
siendo nuestras y acaso estén como estamos todos: poblando un andén que está
solo y espera.
Es
bueno visitarlas. Desandar sus recorridos para reconocer los puntos de partida
y, si no perdemos el tren, presentir los
destinos.
Visitarlas
como un ejercicio de la memoria, para saber qué
fuimos; para establecer qué haremos...
Crece el monte
en su interior. Avanza insolente y tenaz,
como si fuese un reclamo. Afuera, contrariando a las vías, un retoño
despliega desafíos y marca la medida de
la ausencia.
Ahora, a través del árbol, mediremos
alturas y distancias.
Los tramos
recorridos...
...y todo lo
que nos falta
Ellas, las
estaciones...
martes, 6 de agosto de 2019
miércoles, 31 de julio de 2019
El tamaño de la memoria (texto)
Juan Carlos Pumilla-Raquel Barabaschi-Maxi Corroinca |
Agradecemos al tribunal, que nos haya
permitido expresarnos y bienvenida la objeción, porque permite vigorizar un derecho.
Quiero asociarme a los agradecimientos
que en el inicio formuló nuestro compañero Franco Catalani, y los hago
extensivos, a
la militancia, a mis afectos, a mis vecinos y a esa pajarería de alumnos de institutos secundarios que
durante todo el año poblaron esta sala y que nos reconcilian con el futuro que
nos merecemos y proponemos. Presencias que al mismo tiempo ponen al descubierto
notorias ausencias de protagonistas centrales del proceso democrático.
Lo he dicho en otros foros, pero tengo la
necesidad de ratificarlo aquí: ha sido un honor participar de estas audiencias junto a ese enorme
ejemplo de dignidad y lucha que es Raquel Barabaschi y también me siento
congratulado de estar en compañía de los demás querellantes, de compañeros
del movimiento de derechos humanos y otros con los que nos unen un largo itinerario de luchas y banderas.
Un agradecimiento muy especial, primero
por la fraternidad y sus enseñanzas y luego por su solvencia y compromiso
cívico, mis queridos amigos Franco Catalani, Miguel Villagra, Maxi Corroinca y Juan Resia. Gracias a ellos hemos
llegado a hasta esta instancia, y ahora podemos decir, con mucha seguridad, que hubo un plan, y un procedimiento sedicioso para reforzarlo; el botín fue la república.
Edgar Morisoli en su imprescindible poema
“Patria de doce rejas”, la califica como “solar de desconsuelos…”
En ese solar no es ajena la palabra
genocidio, porque ya padeció otro en las postrimerías del siglo XIX e ilustro tan sólo con un ejemplo,
Napoleón Uriburu, que da nombre a una localidad del noreste pampeano,
comandante de la frontera sur, es el precursor de la guerra bacteriológica,
cuando decide liberar y enviar prisioneros infectados de viruela
a las tolderías del cacique Purrán.
Quizá Uriburu haya aprendido este
procedimiento de su jefe en la guerra canalla de la Triple Alianza, Bartolomé
Mitre, que consiente que se arrojen cadáveres coléricos a las aguas de los ríos
paraguayos para diezmar la población de aguas abajo.
¡Ciento cuarenta años!, los mismos objetivos y las
mismas consecuencias. Crímenes tremendos, y crímenes imperceptibles, ayer y hoy; entre ellos uno muy singular; el asesinato de la
realidad a manos del relato de esa realidad..., de manera tal que haya perseverado hasta estos días la falacia
de “desierto” a las campañas punitivas, que al plan de expolio se lo llame “Doctrina de
la Seguridad Nacional” que todavía …, pululen por ahí los exégetas de la Teoría
de los Dos Demonios o que se filtre, como ha acontecido en estas audiencias, el discurso de la isla de paz.
La isla es La Pampa.
Miki Villagra la describió en su primera
intervención: un territorio de ciento cuarenta y cuatro mil kilómetros cuadrados,
el grueso de su población recostado sobre la franja de ese trapecio noreste-
sureste, donde en los setenta la población urbana no superaba los 80.000
habitantes. En este territorio, las redes camineras siguen la lógica de las
antiguas rastrilladas, y los caminos vecinales son tributarios de esas redes,
de manera que con el sólo control y fiscalización de la ruta 55, de la 35, de
la 5, de la 152, era posible tener un control absoluto de ingresos y egresos, consecuentemente un dominio
total de lo que sucedía en estos
confines.
Aquí, en lo que en estas audiencias se ha denominado como “ la zona verde” del
país. ya Franco refutó ese concepto consignando un
esbozo de crímenes tremendos. Voy a insistir en ese
detalle con algunas precisiones al sólo efecto de crear una plataforma para un
eventual tercer juicio y a manera de desafío intelectual para quienes siguieron estas audiencias por la red de UTELPA por
internet, para ver si es posible discernir,
localizar cómo se conjugan los cuatro factores que confluyen, que se iluminan
en la consideración de la doctrina Roxin
tal cual lo describió nuestro amigo Juan Resia: dominio, fungibilidad, ficción normativa,y operatividad.
Los dos primeros crímenes de La Adela,
los ingenieros Riganti y Pradanos fueron traídos desde Bahía Blanca seguramente a través de la ruta
22, que tiene sus inconvenientes porque
como une el puerto con Río Negro y el sur con Chile, estaba sometido a
muchos controles, pero quizás hubo placet
para el traslado porque el otro camino posible
implicaba una mayor distancia a través de la ruta 35 y además otro control el
del puesto caminero de Arauz. Riganti y Pradanos fueron traídos a un predio que
está cercano a la Estación Gaviotas de La Adela, y luego acribillados a balazos con armas
de diverso calibre. O sea, más de dos ejecutores y posiblemente más de un vehículo. Más tarde se colocó
entre ellos un pan de trotyl para desaparecerlos.
Hubiera pasado como un crimen aislado si
con una diferencia de días no se
registrara otro asesinato de idénticas características; el hallazgo en un predio cercano de otro hombre
asesinado con la misma metodología. Al que luego de una pericia policial se
decidió su sepultura a falta de otros elementos científicos, como el ADN, que facilitarían su identificación.
De manera que hay un asesinado en La
Pampa del que desconocemos su filiación. Tal vez por poco tiempo porque
hace menos de dos meses Víctor
Giavedonni junto a compañeros del Movimiento de DDHH se
trasladaron hasta La Adela y pudieron detectar al hombre que le dio sepultura y
está dispuesto a dar su testimonio.
El testigo recuerda el lugar donde se efectuó esa
ceremonia.
Pradanos,
Riganti y este hombre; uno es casualidad, otro es coincidencia, pero tres es un elemento que
conforma un sistema. Y esta apreciación se fortalece con la
exposición de Maxi
cuando nos descubre que además de
La Adela, su comisaría, fue centro de detención y en sus
adyacencias centros de torturas.
Se podría decir que todo esto es
conjetural, pero es la conjetura el último resquicio que nos queda, habida
cuenta de la vigencia del pacto de silencio y
de impunidades.
Sigamos el repaso:
Dos crímenes más en las cercanías de
Miguel Cané, entre Cané y Quemú Quemú. El matrimonio Pérez Cubas. Fueron secuestrados en Rosario y
asesinados en ese lugar. Había mucha actividad
esa noche porque transcurría un baile en Relmo, lo que ciertamente originó
algunas
desprolijidades,
porque el coche pretendió primero ser volcado pero al no lograrlo, lo quemaron, ese Fiat permaneció junto a un galpón durante
mucho tiempo en el destacamento 101 con
asiento en Toay. Para llegar al sitio del siniestro debe haber
atravesado los rigores del puesto caminero de Catriló hasta comunicar con la ruta 1. Como secuela de ese
crimen permanece desaparecida Ilsa Clotilde Mora, otra secuestrada que se suma a la estadística de
infinitos secuestros en La Pampa de distintas intensidades. Recordemos sino
el secuestro
extorsivo al que fue sometido Eladio Rodríguez de Victorica. O este otro caso aun no profundizado y que demuestra los mecanismos aceitados de la
coordinación represiva. Se trata
del sindicalista tucumano radicado en esos años en
Santa Rosa, Florencio Villafañe. Vivía en el primer monobloque de la calle
Padre Buodo y fue detenido a pedido de la autoridades de aquella
provincia. Fue arrestado el 2 de noviembre
de 1976 y estuvo en esta capital hasta marzo de 1977 en que fue llevado a Tucumán. En esa provincia estuvo preso hasta octubre de 1978. Y no podemos soslayar entonces la consideración de otros de mucha
elocuencia como lo es es el secuestro y tortura de la Bióloga Graciela
Gau. Graciela está mencionada en el testimonio del doctor D Astolfo porque
fue una de las amenazadas por un anónimo en el Servicio Provincial de Salud.
Vivía en el barrio de casas oficiales
lindante con la academia de policía. Un día una patota ingresó en su domicilio en octubre de 1977 y, delante de sus hijos, se
la llevó. Apareció en la Cacha. La Cacha
es un campo de concentración en las afueras de La Plata, que lleva ese nombre
por la bruja Cachavacha, aquella que hace desaparecer todo lo que agarra. Estuvo
allí diez días encapuchada hasta que otra prisionera le levantó la capucha y vio donde
estaba. Por razones que no se explica al
cabo de ese término fue liberada. Para entonces ya sabía que había sido
asesinada su hermana, su cuñado.
Dejando huerfano al
hijo de ambos que luego ella crió. Fue
casi arrojada en las proximidades de
la terminal donde pudo tomar un micro que la condujo a
La Pampa; en realidad, hasta Catriló. Porque el eficiente control de Catriló no la dejó pasar indocumentada. De manera
que tuvo que explicar su situación hasta que consiguió regresar a su domicilio
en Santa Rosa, distante a 80 metros del domicilio de Baraldini. Insisto con los crímenes pues resulta inevitable
recordar el asesinato de los jóvenes albañiles sindicalista, Fortunsky y
Vázquez, este último mencionado en el testimonio de Mengui. Un guardia del
Juzgado Federal los acorraló en proximidades de la casa de gobierno y los acribilló, sumando dos
nuevas víctimas a una lista en la que ya figuraba el homicidio de Santiago
Pomphile, productor agropecuario y ex intendente de Ingeniero Luiggi.
Todos estos casos formaron parte de una primera denuncia que en
nombre del
Movimiento de DDHH presentamos junto
a Horacio Maldonado en junio de 1984 ante la opinión pública y la justicia Federal. De manera que hoy se cierra un ciclo importante para mi y para la consideración del tema en La
Pampa. Me siento comprometido a recordar a quienes no
están y apoyaron la presentación de esa denuncia de cuya edición se encargó la legislatura
provincial, empezando por María Tartaglia, Horacio Maldondo, el doctor Mauricio Knobel y su señora de General Pico,
el doctor
Benigno Perrota, Olga y Fernando Molteni,
Hugo Fornasari, Vladis Rivero, Matile Alonso tía de Juan Carlos Andreotti. Menos mal que todavía permanece
encendida la llama que atesoran con
tanta firmeza Celia Korsunsky y Muruma
Lucero.
A esos compañeros debemos sumarle otras ausencias entrañables que hoy están
aquí, acompañándonos, amigos, luchadores sociales, compañeros, camaradas, comenzando por nuestra compañera de querella
Elida Rodríguez Jara, siguiendo por Lalo Tartaglia, Julio Mata, Moisés Korsunsky, Nicolás Acosta, Raulito D’Atri, Ricardo di
Nápoli, Adrián di Santo, el Cholo Covella, Pepe Mendizábal, Stella Barrios, Samuel
Bertón, Américo Pracilio, Miguel Angel Gómez, el poeta.
¡Hemos vivido en duelo
durante cuatro décadas!
Y en estos diez últimos años, lo que va del juicio de 2010 hasta ahora, le
sumamos más de cien testigos y víctimas fallecidas. Una estadística que
relativiza el concepto de justicia.
Y a ello, debemos sumarle nuestros
desaparecidos, los cincuenta y pico de
compañeros que enumeró Miguel
Villagra en su primera intervención; ya están
consignados pero quiero insistir en ello porque en muchos de los
casos refutan el concepto de ajenidad
de La Pampa en sus
desapariciones y en otros está comprobado que desaparecieron como
producto de esta redes de inteligencia locales.
Bueno, ahí está Oscar Di Dío sentenciado
por Pedro Vergez, el creador del Comando Libertadores de América, Emilce MagdalenaTrucco,
perseguida por Amarante y aparecida calcinada en el baúl de von Wernic. Mario Frigerio
asesinado en Rosario. El fiscal Pedro Perotti intervino para su traslado a La Pampa, luego de cobrar una suculenta suma por
la gestión. Ya hemos hablado en nuestra primera intervención en este juicio de los
casos de Lucía Tartaglia y de Sergio Korsunsky que evidencian el andamiaje, la gestión
local en sus desapariciones.
Lo sumamos a Carlitos Davit comprendido
en un informe de las agencias de inteligencia del
sudeste de La Pampa que luego aparece colgado en el puente de Bahía Blanca. También los casos de los
primeros detenidos, en la represión en La Pampa, Elena Alfaro fichada por la Policía Federal y esa
ficha fue precursora de su calvario en el campo de concentración el Vesubio. Y
Antonio
Quispe que por esa panfleteada luego es asesinado.
(...)Y de ese contexto ya hemos celebrado aquí la recuperación de la nieta 125 pero nos
queda pendiente otra deuda, que es la hija, hijo, hije, de María de las
Mercedes Gómez y Juan Carlos Orzacoa,
deuda que se impone ante nuestra propia dignidad como un compromiso de vida pero también para la dignidad de la provincia de La Pampa. Debe ser recuperada ¡ahora! porque aún está viva una abuela que lucha y
espera, Nélida
De Cristófano.
(...)
Por una de esas rimas del cosmos cuando el
tribunal nos informó que se aproximaba el tiempo de los alegatos, llegó a
través de amigos a nuestras manos un texto de la poeta española Marisa Peña,
que es probable que esté siguiendo esta audiencia por la red. En uno de sus
versos Marisa sostiene que “…la sombra de la memoria también es alargada…”. Se refiere a esa memoria
que nos identifica y que nos representa. La memoria de la cual extraemos sus
contenidos emancipadores y la memoria sin la cual no existe el acto de
justicia, la memoria como redentora de la historia. Pero además porque la
desmemoria sumada a la impunidad ha sido el caldo de cultivo de las grandes
atrocidades de nuestro pasado. Elijamos
un límite temporal y aparecerán nombres y apellidos prototípicos, desde
Joaquín Penina a Rafael Nahuel. Desde Felipe Vallese a Santiago Maldonado, pasando
por ese horror de la historia nacional
que es el bombardeo a Plaza de Mayo cuya impunidad fue consagrada por el
célebre abrazo del almirante Rojas con el presidente Carlos Saúl Menem.
Podemos hablar de la memoria desde otro
ángulo tal como nos enseñó nuestro maestro y amigo Ricardo Nervi al regreso de su exilio en
México. Hay una versión literaria de
Eduardo Galeano sobre la misma historia pero nos gusta contarla tal como la
escuchamos desde nuestra juventud.
Contaba, Ricardo acerca de una ceremonia que cultivan culturas ceramistas de América central, el alfarero maestro anciano
al que ya no le dan las fuerzas para alzar una pieza,
decide delegar su tarea y elige el jarrón mejor bruñido, el más sonoro, el
mejor templado y se lo entrega al que va a ser su sucesor, el que lo recibe no
lo guarda en un estante, lo arroja al suelo y se muelen los fragmentos. Es con esos restos que realiza la
argamasa con la que levanta una nueva pieza.
Esa es la memoria que nos gusta, la que
sirve para construir cosas nuevas. En esa memoria nos refugiamos, con esa
memoria nos defendemos, con esa memoria avanzamos al porvenir para poder
establecer cuál será la longitud de la sombra de la justicia.
Desgrabación: Daniela Naveiras – Roberto Rekofsky.
Del audio facilitado por UTELPA Santa Rosa.
domingo, 14 de julio de 2019
Parece que fue ayer
Te vi pasar y me enredé. ., Lo demás ,ya se sabe. Ahora, la mirada, inquiriendo en el médano rubricas de las huellas, escrutando en los rescoldos la brasa que perdura. La cofradía de aquellos fogones. Y los gajos, ¡los brotes de esos gajos! Y la lucha. Y la maravilla de la palabra que puede urbanizar en cuatro líneas una vida, un amor, tormentosa singladura de cincuenta años en este mar de arena.
domingo, 7 de julio de 2019
El hombre de al lado
Delfor Sombra hunde su diapasón en las inmensidades de Chiapas e instala una milonga baya a modo de presentación. Hace un tiempo que sobrevive en México huyendo de los chaffes que lo acosan en el país del monte. En una pequeña escuelita que prologa los misterios de LaCandona Delfor desgrana historias del medanal y el desarraigo. Dice y canta quien es con la sexta en Re .Cuando concluye escucha azorado que el director y los alumnos le comentan que ellos aman a un pedagogo pampeano cuyos libros enriquecen y honran su biblioteca. Delfor no sabe cómo explicarles que ese pedagogo, Ricardo Nervi, impulsado por las mismas razones de su exilio vive precisamente en el piso superior del edificio donde ambos se alojan .
(a 15 años de la muerte deRicardo, de la serie inédita "Rimas")
domingo, 16 de junio de 2019
Mi viejo
El Negro Pumilla es huérfano de padres desde muy niño. Fue criado entre internados y potreros y se ha hecho grande en andurriales donde no penetran los neutrales. Cada tanto, deslumbra a los niños en los domingos de Bernasconi haciendo malabares inimaginables con el balero, acertando a blancos imposibles con la gomera o confeccionando minúsculas tarasquitas que vuelan tan alto que apenas pueden verse. En ocasiones los chicos presentan quejas ante su esposa: no vamos a jugar más con el Alfredo, lloriquean, siempre nos gana a la arrimada y con su ojito puntero nos quiebra todas las bolitas. Él escucha y calla. No encuentra palabras o no sabe explicar de otro modo que los aprendizajes en la vida son platos que se comen calientes.
(del libro: "Viejos, tras un retazo del olvido")
domingo, 9 de junio de 2019
ACERCA DEL HAMBRE
En el Museo de la Historia habrá un contenedor. En su interior un zapato sin suela, una silla de tres patas, el mango de un hacha, acaso un rollo de facturas impagas teñidas de verde. También pañales, verán los visitantes; y hasta una muñeca con el pecho quebrado . . Pero ni en los rincones más esquivos encontrarán las pelas de unas papas.
(de la serie Microcuentos)
viernes, 31 de mayo de 2019
El Gringo
Pablo De Pian |
Hoy cumple noventa años de edad Pablo De pian. Amigo, mentor, le debemos los debates y aprendizajes inaugurales en los que descansamos nuestros fundamentos actuales. A la hora de recordarlo podemos apelar a un chiste interno: “este es tu año”. Se hace presente en nuestras relaciones que vencen las distancias y se facilitan por las redes sociales.
-Te vemos muy bien en las fotos, dijimos hace unas semanas.
-No hagas caso, sólo finjo, nos contestó.
Quien no lo conozca podrá apelar a nuestras recordaciones habituales. Pero, amparados en la efemérides , apelamos a un episodio que lo retrata de cuerpo entero. De cuerpo y alma. Es un registro de mayo del 69 cuando se insolentaba a la vida en el litoral y se la reverenciaba en las calles del Barrio Clínicas. Parece que fue ayer…
-Te vemos muy bien en las fotos, dijimos hace unas semanas.
-No hagas caso, sólo finjo, nos contestó.
Quien no lo conozca podrá apelar a nuestras recordaciones habituales. Pero, amparados en la efemérides , apelamos a un episodio que lo retrata de cuerpo entero. De cuerpo y alma. Es un registro de mayo del 69 cuando se insolentaba a la vida en el litoral y se la reverenciaba en las calles del Barrio Clínicas. Parece que fue ayer…
DIAS DE VINO, DIAS DE ROSAS (acceder)
http://palabrapampa.blogspot.com/search…
http://palabrapampa.blogspot.com/search…
viernes, 24 de mayo de 2019
Acerca de los neutrales
Gervassio Posadas |
El hombre que admite su sorpresa también reconoce, sin
decirlo, su ausencia física e ideológica en un acontecimiento que cambiará el curso de América.
El hombre será, cuatro años más tarde, proclamado Director
Supremo de as Provincias Unidas del Río de la Plata labrando un itinerario
político que acaso logre su redención en
el repaso histórico.
Pero lo que importa hoy, en esta celebración del mayo
revolucionario, es poner de relieve los peligros de la indiferencia o el
ausentismo cívicos como cómplices y precursores
del Reino de los Saciados. Cruenta soberanía
edificada en los altozanos de nuestra patria desde donde se divisa y funda esa
herida que lacera y llamamos grieta.
Cuenta, Gervasio Antonio Posadas: "No tuve de ella
la menor idea ni noticia previa. Yo vivía tranquilo en mi casa con mi dilatada
familia disfrutando de una mediana fortuna, y ejerciendo el oficio de notario
mayor de este obispado desde el año de 1789. Me hallaba ocupado y entretenido
en las actas del concurso a la vacante silla magistral de esta Santa Iglesia
Catedral en el mes de mayo de 1810, cuando recibí esquela de convite a un
Cabildo abierto que con anuencia del virrey se había acordado para la mañana
del día 22. No concurrí por hallarme legítimamente ocupado.
Después supe con variación una parte de lo ocurrido en aquella
reunión dirigida a acordar, como acordaron, que había caducado la autoridad del
virrey don Baltasar Hidalgo de Cisneros por ausencia que el monarca español don
Fernando VII había hecho de su reino para el de Francia, y por el estado de
anarquía en que se hallaba la península.
Aquella noche del 22 de mayo supe en casa de un amigo que
se había declarado en Cabildo abierto a pluralidad de sufragios haber caducado
la autoridad del virrey Cisneros que el Ayuntamiento quedaba encargado de
nombrar un gobierno legítimo a la mayor brevedad. En dicha casa estaba entre
otros el capitán del ejército don Miguel Marín que se empeñó en oírme hablar
sobre semejante novedad y algo acalorado le contesté que nada me gustaba, pues
habiéndose ya depuesto dos virreyes, desobedecido otro por la ciudad de
Montevideo y su gobernador Elío, se habían de seguir deponiendo y
desobedeciendo muchos otros gobiernos, que no podía calcular cuanto (sic)
serían pero sí me parecía que algún gobernante de los creados y depuesto por
juntas populares había de ser fusilado; y que se guardase de entrar en aquel
gobierno a que tocase semejante fatalidad”
(...) Efectivamente, El Ayuntamiento procedió nombrar una
junta gobernadora compuesta del mismo Cisneros, don Cornelio Saavedra, Dr. Juan
José Castelli, Dr Juan Nepomuceno Solá y don José Santos Inchaurregui. Se
recibieron solemnemente y no se alcanza la razón que haya tenido el deán de
Córodba Dr. don Gregorio Funes para olvidarse de esta Primera Junta en su
"Bosquejo de la Revolución" que ha dado a la prensa.
Habiendo renunciado esta Junta por varias causas largas
de contar y señaladamente por una especie de conmoción y griterío en el cuartel
de Patricios se eligió otra, compuesta de siete vocales y dos secretarios, sin
entrar el depuesto virrey. Al poco tiempo se agregaron hasta veinte o más
vocales, incluso el presidente Saavedra; y así se volvió todo un desorden y
confusión en el despacho de los negocios, como se procedía de una revolución
hecha sin plan alguno ni combinación como sigue hasta el día".
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