sábado, 31 de julio de 2021

Acerca de los desgarros

ACERCA DE LOS DESGARROS Apenas despuntaba el otoño en estas dilataciones del medanal del sur que nos cobija. Pero hacía frío cuando lo encontramos. Anochecía. Estaba sentado en uno de los bancos de la fuente que corola el final de la avenida central, el saco negro del traje de los conciertos, abierto, el pañuelo durmiendo en la falda. Su contemplación vagaba por algún punto del infinito y le costó regresar a la realidad ante nuestro saludo. Anidaba en sus ojos una inmensa tristeza. Impregnados de su desazón, solo atinamos a una lacónica palmada en la espalda y seguimos camino. Fue un adiós silencioso y breve, sin saber que sería el último. Pocos meses después, desde Buenos Aires, Juan Carlos, el autor de este libro necesario, haría saber que Enrique José Mariani había muerto. Lo conocimos antes de su viaje a Italia y reanudamos el vínculo a su regreso a La Pampa fraguando una rutina semanal que combinábamos con Julio Colombato y Ricardo Nervi, sus amigos de adolescencia. Enrique había socorrido a su padre en la colocación de los ventanales de la mítica usina de las Trilaldoras, en tiempos pioneros que todavía no lo habían descubierto como el maravilloso músico que fue. En aquellas tertulias nos contagió su fervor por lograr conformar una orquesta Sinfónica. Era tanta la intensidad de su cometido que acaso hospedara algún fulgor contradictorio, con el tenor de esas pupilas que constatáramos aquel principio del otoño pampeano. En algunas biografías oficiales se sostiene que la brega por concretar la ansiada formación musical fue respondida satisfactoriamente, pero todos sabemos que el utilitarismo político, la hipocresía, hermanados con la burocracia, impidieron aquel propósito. También queda pendiente el Concierto en Re Mayor para guitarra que imaginara con Mario Figueroa, proyecto que una operación de la vista frustró. Habrá, estamos seguros, nuevas evocaciones que se consumarán teniendo como marco las estupendas sugestiones de Vivaldi. Esos y otros recuerdos compartimos con Chicha horas después del cortejo, de homenaje y despedida a Enrique, en las adyacencias de la estación ferroviaria donde descansan sus restos. Volvimos a labrar un abrazo con ella en otras ocasiones, no tantas como hubiéramos deseado. Ahora, en la reminiscencia, se nos antojan escasas. En cada una enarboló un magisterio de la lucha ligada a la ética. De la necesidad de la memoria y de sus contenidos emancipatorios, de la inevitabilidad de la verdad en procura de la redención de la historia. En las mocedades del siglo, pudor y vacilaciones fueron vencidos por la imperiosa aspiración de contar con sus palabras, epilogando un trabajo de reconstrucción de la represión en La Pampa. Ella no vaciló en obtener una pausa entre sus múltiples compromisos para hacernos llegar un texto, diáfano, enérgico, conjetural, en uno de cuyos párrafos interpela : ¿Qué veneno es el que circula por las venas de los verdugos? Aterra pensar que continúan respirando el mismo aire que nosotros, que caminan a nuestro lado, ensoberbecidos por la impunidad obtenida por la lentitud o ineficacia de la Justicia y el silencio de sucesivos gobiernos democráticos…” Esa es Chicha, indomable, imprescindible. La obcecada combatiente de la vida que, por un milagro del cosmos sigue cabalgando, como el Cid, cada vez que en una calle, en una plaza, en una tribuna, emergen las proclamas que han embanderado el firmamento nacional en la última mitad del siglo. ¡Más de cuatro décadas, la edad de Clara Anahí! María Isabel Chorobik, la mujer que evocamos, palpita con más vigor en cada uno de nuestros corazones a medida que el tiempo avanza. Y ese es Enrique, querido, entrañable, cuyo deceso contraría la efemérides. Porque sospechamos que ya había comenzado la ceremonia de su adiós aquella jornada de noviembre del 76 en que las crepitaciones en la calle 30 de La Plata obligaron a Chicha a interrumpir su tejido. Desde estos entramados se entrelazan los desgarros. …………………………………… N deA: Este texto pertenece al libro,tan necesario como justiciero, El Ultimo Sueño deChicha. A sus múltiples méritos se suma este prodigioso documento gráfico que registra a Enrique teniendo en sus brazos a Clara Anahí dos días antes de su secuestro y desaparición. Juan Carlos Pumilla enero de 2021 -------------------------------

sábado, 24 de julio de 2021

La noche revelada

Los dos hombres cenan frugalmente e inauguran una charla circunstancial. Uno es el gomero de La Adela y el otro un camionero que durante cinco años ha pasado por el lugar sin detenerse hasta que un percance lo obliga a hacer noche. Viene desde el sur, Caleta Olivia, y falta mucho trayecto hasta llegar a Jujuy. De manera que resulta providencial la hospitalidad. A medida que se internan en la noche la conversación toma otros carriles, más profundos, acaso intrincados. Cuenta Angel Aimetta que su amigo gomero es hombre laborioso y sufrido. De muy niño perdió su familia y nunca supo del destino de su hermano, de manera que resulta una bendición la compañía de alguien atento y bien dispuesto a compartir cuitas y la vigilia en estas soledades Los ojos le brillan a Angel cuando cuenta la historia. Al camionero también lo separaron de su hermano y en esta madrugada de La Pampa descubre que lo tiene frente a él. (Del libro inédito Rimas)

jueves, 22 de julio de 2021

Balances

El edificio donde se evalúan los resultados de una vida es amplio. Pasillos intrincados pasadizos. Uno se pierde en ellos. Algunos de los que llegan a los jardines alcanzan a disfrutar los fulgores del ocaso. Otros quedan atrapados en los filamentos de las farolas.

viernes, 16 de julio de 2021

Zapatillas

Penden de los cables de cómo ahorcadas. Gritan, en su código urbano del silencio. Algunos leen a primera vista. Otros no. Proclamas que danzan en el aire, incongruencias del país de pies desnudos. (de microrrelatos de 33 palabras)

jueves, 8 de julio de 2021

El crimen perfecto

La hoja penetró sigilosa en el corazón de la verdad. Hubo otras expiraciones, seriales. El cadáver de la realidad quedó sepultado en una pila de olvidos, papeles amarillos, relatos de televisión. Ninguna huella. (de microrelatos de 33 palabras)

sábado, 3 de julio de 2021

Prisión

Ayer llegaron más. Como antes, fueron recibidos en un clima de consternado silencio. Asesinos, torturadores, ninfómanas, pederastas, sádicos, terroristas, violadores. ..Todos se alternan ,esmeradamente, en el gobierno de la prisión de Abu Ghraib. (De la serie microrelatos de 33 palabras)

ELOGIO DE LA LUCHA

  Unas palabras iniciales para el libro de Federico Martocci y Pablo Volking, "La HuelgaAgraria de 1919", primera ediciójn de La T...