viernes, 25 de enero de 2013

Un corte para la Negra


Canto por si acaso alguna vez
por alguna razón de los sentidos
olvido quién soy, a qué he venido
en qué  baldosa floja tropecé

Canto y en el canto me confirmo
me  vuelvo yo, la de la vuelta,
una Calandria  que al cantar se suelta
para echar a volar con los amigos.

Musito  una oración, estremecida
y despliega   una flor, de madrugada. 
Con ella voy, a promover la vida ,
desterrando la noche  acongojada


Me lanzo al sur del sur y el objetivo
es descubrir  su cruz y sus estrellas
en clave de sol, de luz y de caminos
hasta entonar la copla más plebeya..

Al fin …me abraza un tango, bandoneón
y una milonga me juega a la escondida
Va pregonando que la vida es vida
cuando  se brota ,con ardor,  el diapasón.


Compás de dos por cuatro, decidor,
un corte, esa canción, una quebrada.
De la mano del 'Fuya' vuelvo en flor
aromando por todo el pentagrama




viernes, 18 de enero de 2013

MI AMIGO DEL SUR




          Estaba más flaco y se lo dije. Tanto tiempo esperando, ensayando las primeras palabras y venir a caer en la vieja rutina.
-        Estás más flaco.
-        Y vos no.
El abrazo fue más fuerte y prolongado de lo que ambos habíamos esperado. Me estrujó, tomó asistencia, me miró con ojo crítico y dibujó una sonrisa sin abrir los labios.
-        Tanto tiempo, carajo – murmuró
No tuve respuesta. Es que fue demasiado tiempo. Defendí mi bolso pero él me lo quitó igual. Con la otra mano me empujó hacia adentro y ya no volvimos a intercambiar palabras hasta el almuerzo.
          Me detuve a examinar concienzudamente el fondo de la taza de café, tratando de ganar tiempo y distancia. Ambos buscábamos la fórmula de desatar el pasado sin lastimar, de sortear las preguntas que todavía no podían tener respuesta. Levanté la cabeza y lo miré.
-        Y bueno…, ¿quién empieza?
-        Siempre apurado, eh. Tomate tu tiempo. Elogiame la biblioteca. Ahí está todo lo que pude rejuntar.
No había cambiado. Bakunin y Joyce, Di Giovanni y Miller.
-        Sos incorregible. Sexo y política.
-        Andá, cronista de cuarta. Arlt y caldén, ¿a quién le ganaste?
-        A vos no, siempre me llevaste ventaja.
-   Es que nosotros combinamos la teoría con la práctica no como algunos que conozco, que no sé para qué mierda andan regalando a Lefevbre a los amigos si antes no lo leen.
-        Fue para quedar bien.
-        Ya veo.

La vieja Minerva estaba reluciente. Quitó el paño con un gesto de amor que me estremeció. No, no había cambiado. El viejo gráfico anarquista de siempre, romántico y testarudo.
          -Hice unas changas y le compré casi regalada. ¿No es preciosa?. Mirá, mirá, conseguí este cuerpo setenta y dos en bold. Y en aquel estante tengo…
-¿Y Pedro?
- De veras que sos un apurado. ¿No aprendiste nada en estos años?
- Si. Que nos llevan mucho tiempo de ventaja.
- ¡Pindonga!. Además de elegir mal lees mal. Y aquello de que “el futuro es nuestro…”.
- El futuro, pero perdimos el pasado.
- Te equivocás. Aprendimos. ¿O por qué te parece que tengo la Minerva ?
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          La callecita era angosta y empedrada. Un cuadro de Toscazo. A lo lejos, haciendo jugarretas con la perspectiva, un enorme nogal desafiaba la luz del atardecer mientras los viejitas volvían con las compras y los jubilados se sumergían en un truco mentido, ruidoso y festivo. Miré pasar un carro y evité evocar, o por lo menos hice el esfuerzo, algunos retazos de aquella infancia pueblerina tan distante.

-        Elegiste un lindo lugar.
-   No lo elegí, pero me gusta. Me quedará hasta que las cosas se aflojen un poco más.
Nos despedimos con un abrazo más fuerte.
-        Andá, maricón, estás llorando.
-        Avisá, boludo, es el viento pampa.

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          No, no todo había terminado.
          Me lo contaron entre susurros. Hablaron muy poco, apenas lo suficiente. Y todavía me resulta difícil internarme en la comprensión absoluta del suceso. Estoy seguro que hay una enseñanza, pero no entiendo. Corrijo: creo que no entiendo.

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          Dedicó la noche para fundir toda la tipografía y buena parte del amanecer a limar las puntas de plomo reluciente coronando las vainas activadas. Cargó y arremetió.
“Díganle que es cierto que aprendí,,” dicen que les dijo sin volver la cabeza.
Después los enfrentó y apuntó. Fue un estruendo. Humo, corridas y ruido. Miles de letras brotaron del disparo, configurando prosas  turbadoras impregnadas de sueños y nostalgias. Textos  para no morir interrumpiendo la mañana. Los poemas más bellos, las frases  más agudas. Nombres y apellidos seudónimos, Pedro, Juan, Rosa, María y los otros. La danza de palabras ganó la calle, los huecos, los hombres .Caló en las ranuras de las puertas y  se elevó perezosamente. Luego, el viento hizo el resto .Las palabras fraguaron   mil   mensajes y esos enunciados s tomaron nuevos rumbos

En algunas alboradas de primavera, cuando el sol se aproxima a seducir al  mediodía los niños suelen juntarse  para contemplar el cielo y leer en voz alta. Algunas nubes dificultan la tarea, ero ya se irán.


PUMA
Junio 1986
(de Crónicas cortas de un tiempo largo)

viernes, 11 de enero de 2013

Qué ves cuando me ves




            En la Argentina del primer piso alguien asoma al balcón por donde pasa la gente y mira. En la del subsuelo otro alza los ojos hacia el cielo y ve. Son dos maneras de contemplar en este país de los desvelos.
            En el país de arriba rinden culto al altar del movicom mientras Dios toma sol en Punta del Este asediado por la prensa de la otra orilla. Abajo, en tanto, una multitud de promesantes desfila para tocar a San Cayetano.
            Al que ve no le gusta lo que ve. Los de arriba lo han educado para que reniegue de si mismo. Es la paradoja está el punto de contacto: ambos odian lo mismo.
            Fukuyama sonríe en las alturas; el nos ama. Pero….¿qué es esa sombra que avanza desde Chiapas?
            Zapata cabalga nuevamente en la desmesura americana. Aquí en tanto, el héroe nacional es el Malevo. Pronto será un nuevo Bairoletto. Aquí hasta Videla puede ser un nuevo Bairoletto.
            No, Videla no, porque en el país de los olvidos Videla nunca dejó de ser un hombre ejemplar.
            ¿Ves lo que yo veo?
            Cuenta Osvaldo Bayer que en Brasil se lanzó una campaña para evitar que la gente mantuviera animales domésticos porque estos, cuando escapaban, penetraban en la fronda alternando la armonía de los animales salvajes. Al mismo tiempo decenas de miles de hectáreas de bosque eran arrasadas por las multinacionales. Es como dijo don Atahualpa: a veces el árbol impide ver el bosque.
            El ejemplo aflora en razón de que en el país de los diez millones de habitantes por debajo de los límites de la pobreza y otro tanto haciendo cola para ingresar nos embarcamos en un debate tramposo, apresurado y falaz donde la Constitución es la convidada de piedra.
            En la patria de abajo el hambre danza un tanto lastimero y feroz; el llanto aumenta el fango y es cada vez más grande como portafolios en el PAMI.
            En el país de arriba la música es Light y celestial. Hay que mirar hacia delante, no hay que quedarse, viejo.
            En la Argentina de los que se miran el ombligo la realidad es una pelusa.

JCP
(de una serie de textos publicados en diario LaArena durante los años 1993,1994,1995)

La casa es el umbral

  La casa es el   umbral ( Mínima canción de contingencia) Retumban   esas   suelas...