sábado, 26 de mayo de 2018

Himno


Estábamos, los tres aquel otoño, insuflados de bronca y coraje, en la primera marcha del silencio en mayo de 1969 para denunciar los crímenes de Bello y Cabral. Despojados de otras herramientas, el grito sagrado ofició de representación y salvaguarda.
Volvimos a cantar ,los tres entre muchos más. en los fragores del Cordobazo, por la caída de Allende, en Salineros, bogando por la nacionalización de la UNLPam y cada vez que la patria estuvo comprometida , que es como decir que hemos estado invocando vivir coronados de gloria cincuenta años ininterrumpidos de nuestras vidas.
Ayer volvimos a hacerlo. Los tres en una multitud, codo a codo, como aquellos admirados jacobinos de mayo. Cantamos más fuerte que nunca, al borde de nuestras posibilidades. Tercamente, estentóreos, como ese gallo de Rostand, que piensa que al hacerlo provoca la salida del sol.
Tornamos a la misma plaza desbordados de nostalgia y a la vez de esperanzas, celebrando cofradías y rencuentros. Ignoramos el porvenir de esa armonía común., Acaso , al cantar ,salga el sol. No lo sabemos. De lo que sí estamos seguros es que no nos vencerá la noche.
fotos: Pablo De Pian y Dagna Faidutti

miércoles, 23 de mayo de 2018

El juramento



Están ahí, los conjurados, codo a codo. Menos Saavedra, claro, porque con él la cosa es a los codazos. El rostro crispado de Moreno acentuando las cuchilladas  de la viruela. El bueno de Belgrano que lo seguirá siendo pese al  dictamen de los insurrectos de las trenzas. Están, ellos. Se escrutan tornando ociosas las palabras. No hacen falta: son innecesarias  las verbalizaciones en esta hora en que el futuro se pellizca con la punta de los dedos.  Castelli, que nunca sabrá de las exaltaciones de Huánuco, se vuelve hacia ambos y  sus ojos inauguran una melga en la siembra  de la a historia. Paso reembolsa la mirada  y descansa su palma en el hombro  del  Sabiecito del Sur, esa calificación que acaso, por vez primera, otorgue al hemisferio austral una concepción ideológica. Sabiecito, del sur, el cariñoso apelativo acuñado por French  al camarada que es Norte y cobijo.  Domingo French, el cartero de la revolución,  cuyas pulsiones libertarias no dejaron resquicios para vacilaciones  en un  amanecer brumoso de Cabeza de Tigre. Ahí están, jacobinos de mayo, inmisericordes,  ensimismados en su destino,  a un instante de plasmar  dos palabras que labrarán una leyenda.  Codo a codo, fraguados en sus convicciones, ignorantes de que en esas dos palabras que se hundirán en el corazón de la América, están fundando un ideario y un legado.  Un manifiesto del Sur que  acaso el porvenir mancille porque su preservación depende de que haya nuevos hombres para sustentarlo. Futuros e ineludibles  moceríos ácratas de la talla de estos muchachos del otoño porteño que no dan ni demandan tregua alguna. Vislumbres de guerreros  que creen, defienden y publican que “si cada hombre no conoce lo que vale, lo que puede y lo que se le debe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas”. Ellos, que  en un relámpago de tiempo, con una enjundia exenta de jactancias, confirmarán, en un contrato inexpugnable, que es posible la utopía.

( mayo de 2018)

ELOGIO DE LA LUCHA

  Unas palabras iniciales para el libro de Federico Martocci y Pablo Volking, "La HuelgaAgraria de 1919", primera ediciójn de La T...