no hay presupuesto para cultura admiten varias respuestas pero, para simplificar el
área de observación conviene inicialmente definir que –para este caso- resignamos
el carácter antropológico del concepto de cultura limitándolo a la región de
actividades artísticas.
Convenido este código debemos subrayar que no es cierto que no se
destinen dineros para el área. De hecho se orientan (en abultadas cantidades) a
realizaciones que, disfrazadas en industrias culturales, son funcionales al esquema
ideológico económico dominante.
En la lógica capitalista de socavar los rasgos identitarios para favorecer la
mediocridad y el adocenamiento, desarticular los vínculos sociales para pescar en
río revuelto, condenar el acto creativo por su alto contenido de indocilidad, los
administradores de los fondos públicos adscritos al mercantilismo solo irán en
socorro de aquellas realizaciones que no cuestionen o se opongan a estos
lineamientos.
Por cierto la obediencia de los diversos gobiernos al liberalismo, donde lo
que se privilegia es el predominio del capital como elemento de producción y
creador de riqueza, no puede menos que conducir a que los fondos que se
consignen a todas las actividades sociales estén determinados por este concepto.
Dentro del capitalismo, todo, fuera del capitalismo, nada. O muy poco, porque
gobiernos timoratos, populistas, hipócritas, demagógicos, conservan la habilidad
de resguardar las apariencias y proteger sus imágenes respaldando con migajas
construcciones sociales genuinas.
Por cierto abunda la crónica que desnuda una práctica lateral que consiste
en auspiciar con recursos irrisorios emprendimientos de los creadores. De esta
manera un mero viático se encarama a los escalafones más empinados del
proselitismo cultural.
Otras veces, excepcionalmente, la demanda sectorial coincide con la
frecuencia de un funcionario o de un área de aplicación desobediente o más
vergonzante y la regla se rompe, pero los resultados son coyunturales y
obviamente no crecen ni perduran en el tiempo.
De la lectura exhaustiva del vademécum presupuesto –cultura se
desprende que Las políticas generales son las que prevalecen conformando un
entramado complejo que puede desentrañarse apelando a una didáctica callejera
insuperable: pan y circo.
JUAN CARLOS PUMILLA
junio 2008