Puto julio de frío, desamparos e histerias colectivas. Para qué hablar si fue en julio, también, el mutis por el foro de Julio Colombato ,Oscar Perna, Guillermo Mareque y el Gringo Nervi ...
Y ahora Raulito. La muerte lo aprehendió de noche y a traición, reiterando en forma de metáfora callejones de su vida.
Didácticas de la sobremuerte.
Raulito, constructor de esa dialéctica que gozamos y padecimos, que le hizo ganar el mote, para nosotros, de entrrecasa, de “Raulismo”.
No salen las palabras, puto invierno de manos frías que no le arrancan a este teclado una mísera idea redentora, un buen réquiem, un miserere adecuado para la ronda de la tristeza, para subirse a la ronda de la tristeza y exorcizarla, acaso, con algún chiste pavo de su inagotable galería.
El Raulismo che, amigo y camarada. Hoy lo recordamos, emergiendo entre el humo espeso de una madrugada en la redacción, para dilatar el cierre por si Ansa Latina o la BBC regalaban una migaja sobre el secuestro de Aramburu o aquella vergonzosa huida de Saigón.
Cuando los chafes del plomo y de la sangre lo arrancaron de sus pájaros les gritó tan fuerte que todavía resuenan sus denuncias en el firmamento sonoro de los justos. Proclamas que cada tanto retornan a la calle Independencia escritas con cal, para que nadie olvide. Lecciones de dignidad, tan bienvenidas como necesarias en este país del face-boock y la tilinguería. Gritos, demandas potentes. Por eso no hicieron falta altavoces, hace poco, en Rawson, cuando un juez, un tribunal y los canallas volvieron a escucharlo.
Ellos, los miserables, lo saben bien; cuando debió callar, calló.
Raulito ríos o salinero. Cronista nictálope en esta comarca de sombras. No hay dudas que está dentro de las coordenadas de Brecht.
Raúl Celso D`Atri, el Raulito
Maldito corazón. Maldito frío que no le saca al teclado un adiós más justiciero.
Se fue, menos mal que lo llevamos adentro.
17 de julio de 2009