martes, 30 de abril de 2013

La vida en los tiempos de la gripe A




El silencio de
los inocentes


         En la mesa del diálogo se nutren los saciados. Los comensales eligen la carta y siempre escogen  soja.
         Están todos, asegura  el Indec. Hasta sus epígonos, que provee Tinelli de su generoso arcón. Pero no hay diálogo, sólo es un monólogo gregoriano entre pares. Pan con pan, comida para los sonsos: exportadores y productores ricos, inversionistas, funcionarios ricos.  hablan, eso sí, el mismo idioma . Pero ese no es el diálogo; si es que alguien habrá de buscar  la manera de procurar la  verdad a través de la palabra .Es un simulacro para el que mira por tevé.   Hablan, hablan, para que los medios no registren la verdad;  que en esa mesa se consagra un coral de las ausencias.
         No hay manteles en los puentes ocupados. Por allí pasó otra ronda: Niños malabares haciendo girar las luces de los semáforos, espectros grises de una familia con un carrito a cuestas, en la hilera funeral de la esperanza, argentinos, la gloria nacional, levantando sus platos de aluminio, Así se expresa este País donde los diarios se evangelizan en frazadas y los braseros juegan   a la ruleta rusa con sus muertos de frío.
La verdad es que en la mesa del diálogo no está el hambre.  Vino solamente el ministro de traje negro para vender su vademécum para gambetear el  hambre con una dosis de tamiflú
         Educación sexual…para qué. Si no va a quedar nadie.
         ¿ En el escudo nacional pondrán  una tranquera?
.  ¿Pero qué bueno, vieron, cómo se  parece u barbijo a una mordaza?. 
         Mientras tanto nieva y Tejada insiste, algo  afónico, que hay un niño en la calle.


5.8.2011


ELOGIO DE LA LUCHA

  Unas palabras iniciales para el libro de Federico Martocci y Pablo Volking, "La HuelgaAgraria de 1919", primera ediciójn de La T...