miércoles, 21 de mayo de 2025

21 DE MAYO



Antonio Berutti  acaricia la madera rugosa del cabo del puñal y reubica la vaina en la cintura hasta que la cruz se traba  con el cinturón. Está  nublado y fresco. Berutti espera paciente la llegada de su camarada, el otro pesado de la Legión Infernal, que demora su ingreso a la plaza de la Victoria porque anda verificando que los chisperos impidan la presencia de los infiltrados de siempre. Nada ni nadie debe alterar  el clima de expectativa y firmeza que los seiscientos  vecinos germinan   en  el paseo. Domingo  French, que meses después habrá de ratificar   sus doctrinas en la bruma ominosa de Cabeza de Tigre, esquiva un charco y su capote se entreabre revelando un misterio .Él ya sabe, las noticias del Alto Perú lo expanden  como  lava hirviendo, que buena parte del poder se leuda en el bulto acerado que descansa en la cintura. Los dos hombres se saludan en una articulación tan austera como silenciosa. Ambos saben lo que hay que hacer y con esa convicción avanzan hacia el portal  del edificio donde un puñado de cabildantes debaten la minuta del día. Tratan de ignorar el griterío exterior, que entorpece la rutina. French y Berutti, reducidos a estampitas por los Billikenes del siglo que viene; arengan a la multitud y el reclamo crece y reverbera  en las orillas de la aldea. El vocerío inquieta a los concejales que no alcanzan a tranquilizarse al advertir la figura marcial  de Saavedra en el centro de la plaza. Es que alguien ha parcelado  sospechas sobre la fidelidad del líder  de los Patricios  a Cisneros. Para colmo , otro  lo ha visto  estrecharse en un abrazo con Donado. Agustín Donado, el   imprentero que no cesa de repartir papeles entre milicianos, criollos pobres, jóvenes comerciantes y esclavos que elevan sus voces troquelando  un solo grito. Vociferaciones que alteran el otoño y profetizan  la inminencia de un proceso que hará historia y se prorrogará en el tiempo. Hasta otra jornada de mayo, como este miércoles, ,en que un jubilado, sin capote  y zapatillas raídas,  enjugue, por enésima vez sus lágrimas y persista en el  sitio al congreso. Una articulación colectiva y  porfiada. Esta  imagen de los miércoles de insondable elocuencia.. Producto  ,quizás,  de la tenacidad de ese pibe que arquea la  espalda en procura del ángulo perfecto,. Obtura, el pibe. En  tanto , artera, una lombriz de sangre salpica su cámara.

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