La vi danzar y me extasié
con su vestido Margarita color sol,
pensé en un tango y deseché
un elogio buscando otra ocasión
Lo vi, juglar, y percibí
ausencias de abrazos y de hermanos,
luego cantó un vals y reprimí
la imagen de un país a contramano
El ya ocupaba desde antes un lugar
intenso, en la callecita de las flores.
Vino tenaz, la copla y ese andar
urgente, en el que leudan los albores
Ella se ganó mi corazón a fuerza
de acertarle a un tipo en plena frente,
un lanzamiento logrado en la certeza
de una mano guiada por la gente
Radiantes, los tuve frente a mí
la noche de Raquel y sus vestidos,
en ese momento decidí
que eran dos ángeles etéreos, del estío.
Inicio otro renglón que se interrumpe
al verlos pasar tan decididos
por la avenida que tendrá otro nombre
cuando ya nunca más penas ni olvido
Luego se irán, nocturnos, desplegando
un arco iris con forma de bandera,
la Negra y Juani, dos pájaros cantando.
Qué ganas de seguirlos donde sea.
JCP
Agosto 2008