(eb nenirua de Celia aJinkis de Korsunsky)
CELIA
Me ví en sus ojos claros antes del abrazo. Le reclamé un plato de kefilte fish que quedó pendiente una noche de otoño en la calle Sarmiento. También las llamadas largas, domingos por la tarde, y otras chucherías que no vienen a cuento.
Ella ya era ejemplo.
Luego de la primera marcha.
Sufragué mi deuda de ausencia condensando su hombro y rubriqué una promesa para quebrar el silencio. La luz nos daba a pleno y en su pañuelo blanco posó una mariposa que se quedó a mimarla.
Ella ya es leyenda.
antes de la última marcha.
Iba con galanura por la placita añorada seguida por un cortejo de risas y algún llanto. Parecíamos pájaros en un campo sembrado.
No hizo falta más, en sus pupilas diáfanas brillaba un astro, cuando la despedida desplegó su sol alto.
Celia se alejó despacio
y yo comencé a extrañarla.
Fue hoy por la mañana, primavera y canto. Detrás de las ventanas, germina el árbol.
He visto esa mirada
en las rondas de marzo
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