miércoles, 17 de julio de 2024

Operativo

Santa Rosa se hace señorita y pinta sus labios aguardando la llegada de los años cincuenta. Todo es apacible y rutinario, la felicidad pasea los domingos en la vuelta del perro, pero nadie cobra conciencia de tan importante compañía. Las hipótesis de conflicto de la policía son  los rateritos y los quinieleros. El oficial Ochoa  tiene un dato infalible: ese día el viejo zapatero del barrio llevará la lista de apuestas clandestinas a su capitalista. En el momento adecuado Ochoa y sus agentes irrumpen en el  local y comienzan el registro en procura de los números comprometedores. Buscan y buscan hasta el desasosiego mientras el hombre de las mediasuelas los mira y goza y hasta se anima a cebarles unos mates. Los uniformados se van rumiando negros pensamientos porque los galones no se ganan con fracasos. Un confidente revela, días después, que el papelito de apuestas estaba escondido en la yerbera.


 

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