En el Museo de la Historia habrá un contenedor. En su interior un zapato sin suela, una silla de tres patas, el mango de un hacha, acaso un rollo de facturas impagas teñidas de verde. También pañales, verán los visitantes; y hasta una muñeca con el pecho quebrado . . Pero ni en los rincones más esquivos encontrarán las pelas de unas papas.
(de la serie Microcuentos)
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