viernes, 6 de agosto de 2021

Déja vu

Juan José Alvarez recorrió con unción las salas de la casa de Neruda en Isla Negra y se abismó en la contemplación del mascarón de proa que desde un rincón contaba su historia en el filamento de sus grietas y en las vetas de la noble madera lacerada por vientos impiadosos. Cuando Juan se alejó, en el crepúsculo de una jornada fugaz, quedó en sus retinas la imagen del mascarón de proa, solitario y triste. Juan jura que imaginó una lágrima en las mejillas descascaradas y, atrapado por una excitación inefable, elaboró una proclama cuya fragilidad advirtió de inmediato. Una semana más tarde, por esos azares de la vida, la fortuna lo llevó a Italia donde el mascarón lo aguardaba, con las emociones con que se espera a los amigos, en el hall de la soleada exposición romana recién inaugurada en honor al poeta que alguna vez escribió sobre las revanchas. (del libro inédito Rimas)

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Historias minimas-c

  Esa lágrima en la mejilla, ahí le apunté