domingo, 10 de enero de 2016

Cambiemos

Modus perandi:p or la espalda
Cambiemos

Balas  de goma a los obreros de Cresta Roja, balas de goma a los despedidos de La Plata, entre ellas a la espalda de una mujer que tendrá de por vida el registro de este tiempo violento. Balas de goma en las Itakas que la  seguridad ” apostó para preservar los bienes de la  toma tan simbólica como pacífica de los desempleados de la comuna de  Santa Rosa. Se abren las  apuestas para establecer cuanto  tiempo  transcurrirá para que el compuesto de las vainas mute por un material más duro.
         La respuesta la tienen las víctimas de ahora y la presumen las de mañana. Porque una cosa es segura: persistirán las balas para reprimir la protesta social, porque este procedimiento forma parte del catecismo del nuevo gobierno cuyos predicadores más fervorosos (Bulrich-Michetti) lo repiten ante el hartazgo en los  viejos y renovados medios de comunicación.
         Para colmo, el grado de alvearización del socio principal, el radicalismo, ha llegado a tal grado que con estas tres semanas de ignominioso silencio ha sepultado para siempre las expectativas que el partido de Alem, del viejo Lebenshon, de Solari Irigoyen, de Karacachoff…de Ariel Velázquez (Si se nos exige algo más de actualidad  digamos del partido de Raúl Alfonsín) reaccione ante la ignominia.
         Hay algo de inocencia en esta manifestación expectante y está dado por la verificación de la incapacidad de respuestas condignas en este último lustro por parte de los componentes centrales de esta agrupación que al cabo de poco más de un siglo decidió su suicidio.     
         Muy pocos de ellos, y de ese porcentaje de argentinos que decidió que un representante de la derecha más ortodoxa llegara al gobierno por voto popular,  podrá argüir inocencia o desconocimiento.
         Porque Macri no mintió, para nada. Fue fiel a sí mismo en sus constantes visitas a  la embajada de EEUU, ante los foros económicos, ante esa vaguedad   llamada “el campo”  que actúa como tapadera de la Sociedad Rural. Macri no mintió en su debate con Chavez ni en sus tenidas gastronómicas con Mirtha. Nunca ocultó su pensamiento de clase salvo, acaso, cuando en los últimos días de campaña su gurú latinoamericano le aconsejó que ejecutara “La Gran Menem” inflando globitos, desdiciendo sus dichos y ensayando nuevos pasos de baile por si acaso el balcón…
         Los exégetas de Cambiemos lo sabían. Obnubilaron sus juicios tras el festival del colorinche  y la vacuidad. Ya no aparecen  en faceook y sería bueno que alguien lo hiciera para lograr algo de catarsis, dónde ensayar la sorna o descargar la bronca.
         Macri, la representación más ostensible de esa figura ambigua que llamamos “poder” ahora tiene, también el gobierno. El sueño de los dictadores catapultado por los mecanismos de la democracia burguesa.
         Ya  lo había dicho ese anciano, y acaso primer literato norteamericano “las elecciones siempre perpetúan las eternas injusticias del Estado” Hablamos de Torheau, que entre otras cosas  produjo ese manual para desobedientes tan apto y tan actual para estas vacaciones, indispensable para el bolsillo de los caballeros o la cartera de la dama.
         En el firmamento de las respuestas a tanta pálida ya han amanecido- como siempre- las proclamas más activas y esperanzadoras de parte de esa porción de argentinos que  Scalabrini, con tanta precisión y poesía, llamara “subsuelo de la patria”
         Las visualizamos en más de media docena de movilizaciones en las calles céntricas de Santa Rosa  y frente a Radio Kermes: por la democracia, contra el ajuste, contra los despidos o la liberación de genocidas y  por la ley de medios.
         Como era previsible el movimiento  espontáneo tuvo reflejos más certeros   e inmediatos que  la mayoría del establishment  político partidario. Su fortaleza radica en su convicción de origen  y pertenencia  y un ofensor unificado. Su debilidad: la incertidumbre acerca de qué compuesto de clase ganará su conducción, porque ya se sabe que si invaden los marines no es lo mismo que la resistencia la lidere El Eternauta que el Pato  Donald, para hacerla simple y menos complicada.
         En la  mediatarde  de este  viernes pegajoso de enero muchos estarán lucubrando acerca de los deberes de la hora. El qué hacer, lo que ciertamente nos remite a los maestros que  sobre este mismo tópico ya formalizaron una representación del porvenir con mucha mayor enjundia de lo que se puede esperar de este texto de contingencia.
Por si no bastare, por si hiciera falta  alguna otra precisión nos refugiamos en lo que el genio de Einstein resumió en nueve palabras: "Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo"

Juan Carlos Pumilla



         

La casa es el umbral

  La casa es el   umbral ( Mínima canción de contingencia) Retumban   esas   suelas...