El
Negro Pumilla es huérfano de padres desde muy niño. Fue criado entre internados
y potreros y se ha hecho grande en andurriales donde no penetran los neutrales. Cada tanto, deslumbra a los niños
en los domingos de Bernasconi haciendo malabares inimaginables
con el balero, acertando a blancos imposibles con la gomera o
confeccionando minúsculas tarasquitas
que vuelan tan alto que apenas pueden
verse. En ocasiones los chicos presentan quejas ante su esposa: no vamos a
jugar más con el Alfredo, lloriquean,
siempre nos gana a la arrimada y con su ojito puntero nos quiebra todas las
bolitas. Él escucha y calla. No encuentra
palabras o no sabe explicar de otro modo que los aprendizajes en la vida
son platos que se comen calientes.
La memoria es un tatuaje del alma. Se lleva en la conciencia y obedece a sus dictados. Indeleble, eterno, nos dice quiénes fuimos y revela lo que somos. Testimonio para presentir destinos y decidir qué haremos
domingo, 21 de junio de 2015
La casa es el umbral
La casa es el umbral ( Mínima canción de contingencia) Retumban esas suelas...
-
La alborada del 14 de setiembre de1941 consagró una transición que, setenta y un años más tarde, seguiría dando que hablar. Moría ...
-
Cuando le sonreí se tranquilizó. Extendió su brazo sin alzar la vista Dije: “está bien, andate”. Examiné su espalda algo encorv...
-
Los cinco disparos de Mark David Chapman, desarmonizando una jornada de fin de año de 1980, fueron por demás certeros. Con el primero hi...