viernes, 22 de noviembre de 2013

Latidos


Vacila, su corazón vacila,
y en cada desencuentro una tibia penumbra
 le acaricia la cara.
Tropieza, su corazón tropieza,
y un galope feroz le penetra en el pecho
 agrietando el coraje.
Lamenta, su corazón lamenta,
y un olvido especial engañoso y triunfal
 va trepando a mansalva.
 Recuerda, su corazón recuerda,
y un aullido, una voz, una débil canción
le conmueven el alma,
porque su corazón, más allá del dolor,
está vivo y le canta.


Historias minimas-c

  Esa lágrima en la mejilla, ahí le apunté