viernes, 8 de febrero de 2013

Militancia en tinta china





"… no  olviden que aprendió
a criticar
en las calles…"
(EL DESTINO DEL ARTE, poema de Alfredo Lavergne)



Andará contento el espectro de Alfonso Rodríguez Castelao. Gozoso, por esta germinación en las dilataciones de la llanura que supo habitar en su niñez tan distante. Castelao, el prócer de los gallegos, libertario y militante del arte de la caricatura que nos subyugó -lo sigue haciendo- desde las imperecederas páginas de Caras y Caretas.
No son fortuitas ni ociosas estas reminiscencias. Sergio Ibaceta nos recuerda a Castelao no por sus peculiaridades expresivas sino por las similitudes ideológicas que consisten en convertir al hecho artístico en una herramienta militante. El arte como catalizador de inquietudes sociales.
En tal sentido los semblantes que nos devuelven la mirada desde el pasepartou (paspartú, bah) constituyen una galería de inexcusable lectura a la hora de repasar la actividad política y social de los últimos tres años.
Sarcasmos, acentuaciones... ¿retratos o prontuarios?
Están todos aquí, los buenos y los malos. Acrecentados en sus singularidades pero no satirizados al punto que nos impida saber quiénes son, que han hecho, qué piensan.
Uno los contempla y resulta inevitable el sobrecogimiento: son lo que somos, lo que supimos conseguir. Acaso lo que merecemos en tanto no acudan en nuestro auxilio articulaciones más definitivas. Máscaras de la actualidad: delatan nuestros aciertos e incapacidades. La muestra de Ibaceta nos confronta y desafía a romper la recurrencia, a imaginar escenarios nuevos. 
El autor encarna el punto de sutura entre el plumín y la punta indeleble. Sigue la senda de su camarada Badó, el entrañable dibujante de El Gaucho Alambre y hereda una estela que recorre el firmamento de La Pampa desde Ferma a Drake, Ronco, Arballo, Alev…, desde Riela y Viñes a Lapetina…
Hay más, no muchos (porque la caricatura es un género arduo y a menudo no reporta gratitudes), pero se resisten a emerger desde los pliegues de nuestra memoria.
Los que decidan internarse en esta propuesta verificarán que cada rostro implica una editorial que acaso otorgue un poco de sustento a la cuestionable afirmación de que una imagen vale más que mil palabras.
Visualizaciones actuales, insistidoras, que se han vuelto familiares desde las páginas que las han albergado durante casi un lustro.
Personajes. Si algún día, por algún extraño designio del porvenir, se materializa la proclama de "que se vayan todos", ellos seguirán perdurando desde esta manifestación   que se abre paso hacia el futuro como un testimonio irrefutable de lo que fuimos.
                                                         Juan Carlos Pumilla
                                                                  agosto 2009

ELOGIO DE LA LUCHA

  Unas palabras iniciales para el libro de Federico Martocci y Pablo Volking, "La HuelgaAgraria de 1919", primera ediciójn de La T...