Te vuelves horizonte y oculto mis silencios
porque es mejor gritar que lamentarse.
Atesoro esa lección que me enseñaste
en este puerto del sur que está naciendo.
Contemplo
el mar y lo que veo es cielo
un
resplandor de ilusión en la retina
celestes
estandartes alzan vuelo
enarbolando
un adiós a la partida.
Te vas, pasión, y acaso no regreses
llevas contigo mi corazón y mis memorias
quedan aquí los fuegos que han nacido.
Ellos son los motores de
la Historia.
Imagino un amanecer plebeyo
no importa cuántos calendarios.
La rebelión flameando por las calles
esparciendo
fulgores de aquel mayo
Advertirás amor, Moreno de mi alma
Cuánta congoja delatan estas cartas
la soledad se abre paso entre los labios
cuando sello las cuartillas con mi savia.
Si no vuelves sabrás que te he querido
yo buscaré la forma de encontrarte.
Desandaré los pliegues de la patria
hasta abrazar
la luz que nos dejaste.
julio 2000