NORBERToO RIGHI
Norberto Righi es un sujeto
provocador y obstinado (“es que me estoy poniendo joven”). Portador de ideas
fuertes y fijas enfrenta a la asamblea de escritores con un brulote que inquieta o escandaliza. Todos se vuelven en su contra y
el poeta arguye con ardor e ironía. Constituyen un encanto sus juegos dialécticos.
Y es otro lujo la batería de refutaciones que en bloque emergen del seno de una
reunión cada vez más caldeada, cada vez
más cerca del abismo. Norberto no da tregua ni la pide. Ni se la dan. Cae el
sol y la noche presagia agorerías que parecen disiparse cuando se escucha con alivio un reclamo candoroso:
-¿Pero es
que nadie me va a preguntar si no he cambiado de opinión?
Flores de
albricias se entreabren para aceptar el convite. Pero Norberto no ha concluido:
-Pues no.
Para nada he cambiado de opinión.