jueves, 1 de abril de 2021

El día en que se hizo la noche

 

Foto Eduardo Pérez

La mañana del 24 nació destemplada y extraña. Sordos ruidos reverberaban  en los accesos a la ciudad, en las calles céntricas, en algunos puntos específicos. El vecindario pronto descubrió la razón: eran las tanquetas que irían a apostarse en el playón del centro cívico, consagrando el primer oxímoron  de la jornada.

Los ruidos repicaron en la avenida central, en la manzana que rodea el edificio de Correos , en las cercanías de las viviendas de los que prontamente se convertirían en víctimas, en la calle Pellegrini, rodeando de sonoridades la cooperativa de trabajadores de La Capital.  Se prolongarían a la mañana siguiente con un rigor que desechaba la  espontaneidad.

Porque no hubo improvisación en la implementación pampeana del golpe sedicioso,  pergeñado en los albores de la década y concretado  el  24 de marzo de 1976. El inventario del agravio en  perjuicio del Estado y  sociedad es infinito. Los juicios han revelado algunos  de ellos, pero muchos permanecen ignorados a la espera de una examen más exhaustivo, revisión o imprescindible, sanitaria,  para establecer el espesor  determinante de la participación civil en el diseño del plan,

Hubo objetivos precisos que revelan las motivaciones del asalto a la Constitución. A los que ya  han cobrado notoriedad deben agregarse otros no tan difundidos – extremadamente sutiles, precursores del discurso de la isla de paz- que se imbrican en la perspectiva golpista de destruir el  tejido social, agrietar sus convicciones, inocular el virus del miedo. Aprensiones  cuyas sedimentaciones se dilatan  hasta estos días.

En ese contexto se explica la acción desplegada en perjuicio de la cooperativa Popular de Santa Rosa, la  construcción comunitaria  más importante del centro del país, por su heroica gesta fundacional, por su representatividad  y ejemplo, por independencia económica.

En la mañana del día siguiente efectivos militares penetraron  en el interior de la CPE en el marco de similares procedimientos realizados en diversos lugares públicos de Santa Rosa.

 Oficiales y soldados fuertemente armados exploraron  concienzudamente el patio central en un operativo por el cual no se ofrece ninguna explicación. ¿Qué buscaban sino otra cosa que hacer pública una demostración de poder y al mismo tiempo intimidar al vecindario.

¡Que lo  digan sino los vecinos de la calle Ferro!.

El fotógrafo del diario La Capital , Eduardo Pérez ,logró filtrarse entre   el cerrado cerco para obtener un registro del atropello. Su diario había sufrido el secuestro de su director, reemplazado por un conspicuo agente de información del Batallón 601, el ubicuo Feliciano losada, cuñado de Baraldini y fundador del Círculo de Periodistas Deportivos.

Las fotos de aquella jornada permanecieron inéditas hasta  que en julio de 2012 sorprendieron al público en el interior de  una muestra retrospectiva que se denominó  “Dos visiones, un objetivo”.

       Pero la tarea intimidatoria no se agotó en este episodio. El 23 de abril el  gobernador de facto Favio Iriart dispuso  fiscalizar la  actividad administrativa  de la CPE. Por tal motivo  designa a  los integrantes de la Comisión supervisora de la Cooperativa Popular de Electricidad: El  grupo  de tareas estuvo  liderado por  el  capitán Héctor Francisco Olascoaga,  quien  fuera asistido por tres   profesionales del medio : Omar Esteban Gatto Cáceres ,  el  contador Roberto Oscar Vassia y el  ingeniero Pedro Zubiri.

Aunque abundan las razones para suponer que obedecía a las coordenadas de la   persecución sindical, algunos suspicaces vinculan este episodio con le detención, el 1 de abril, del secretario general de Luz yFueza, Oscar Montes de Oca, salvajemente torturado en los altos de la Seccional Primera.

No perduran evidencias de las  conclusiones contables, lo cierto es que la labor  de los verificadores  se agotó a poco de comenzar, probablemente  por su futilidad o tal vez  porque Olascoaga  debió abocarse  a la preparación de otro operativo, eta vez mucho más cruento, concretado tres meses después en Jacinto Aráuz. Ahora se sabe que el secretario de Educación de Gobierno y Cultura, al tiempo que se escrutaban los papeles de la entidad, se reunía con el intendente de Aráuz Adolfo Alberto Forestier para  afinar un cuadro de situación de la localidad sureña.

Hay  una simetría entre los dos episodios, En Aráuz se ilustraba en los valores de la solidaridad, en la cooperativa de Santa Rosa se la practicaba, dos elementos que contrariaban  los objetivos del Proceso de Reorganización Nacional.

 

 

 

 

 

 

 

 

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