miércoles, 12 de diciembre de 2018

Un arma cargada de futuro

UN ARMA
CARGADA DE FUTURO
Todavía perseveran, en los socavones de la  UNLPam,  los ecos de la apertura de la muestra fotográfica “No fue una isla”. Auspiciada por   esa casa de estudios. Fue, entre otras cosas, una manifestación de coherencia  institucional habida cuenta que la universidad se ha constituido en querellante en el segundo juicio a los represores de la Subzona 1-4.
Un buen sitio, por su  carácter propiciador de ideas y debates, para desafiar al dogma y sostener que una imagen puede ser generadora de mil palabras. Turgueniev respiraría aliviado.
La exposición, que permanecerá abierta el tiempo necesario para que toda la comunidad académica, o el ocasional  público que asista al aula magna,  ingrese o reinicie un contacto con estos inquietantes documentos de las audiencias. Sesiones en las que se juzga a los autores de las articulaciones más atroces que se puedan concebir en el plan genocida que, ciertamente, involucró a la academia  de manera directa.
Dagna, Paula , Ceci, Milton y Adrián, los autores, perpetuaron en sus registros relámpagos  intensos de las audiencias captando rostros, situaciones, gestos que repugnan, duelen o estremecen. Víctimas y victimarios habitando, tal cual el escueto recinto del Colegio de Abogados, el mismo espacio, frente a frente, en un extraordinario recorte de un momento histórico que preserva para el futuro una didáctica de la memoria.
Porque estas fotos, que parten de una matriz creativa, que se dilata más allá de la técnica o la apertura del diafragma, perforarán el  prevenir abriendo paso a una  refutación que la propia manifestación lleva por título.
Se trata de una contribución sustancial de arte  propensa a  aniquilar la neutralidad y el descompromiso. Porque  cada detalle, ángulo, cada elección de color, revelan  una opción ideológica que torna a estos fotógrafos en militantes de una de  las causas más nobles a que pueda aspirar el ser humano: la verdad.
Búsquedas graficas de   un año de sesiones que se dilatarán en el nuevo trimestre. A lo largo de este lapso, hemos sufragado – querellantes, empleados del TOF y la fiscalía, periodistas, componentes  de los grupos de asistencia- una fraternidad que las exteriorizaciones de emoción  y gozo volcadas a los artistas esta mañana, confirma y nos proyecta hacia la posteridad impregnados  de esperanza.
Quienes hemos tenido la fortuna de convivir y trabajar  junto a maestros de la imagen como el Gringo De Pian, Joaquín Rodríguez, Horacio Echaniz, Eduardo Pérez… percibimos en la presentación de la jornada que su  legado se salvaguarda y enriquece con estas miradas tan comprometidas, tan jóvenes. Observaciones   a  través de las lentes que catequizan a las cámaras en una herramienta de combate. Una exteriorización (gracias GabielCelaya) cargada de futuro.




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